La ciudad belga de Bastoña reune a los veteranos de una de las batallas más importantes de la II Guerra Mudial, la última ofensiva desesperada de Adolf Hitler para cambiar el rumbo de la guerra.
Varios de los soldados supervivientes a ambos lados del Alantico conmemoran en la ciudad belga de Bastoña una de las batallas más importantes de la II Guerra Mudial, la última ofensiva desesperada de Adolf Hitler para cambiar el rumbo de la guerra.
Malcom 'Buck' Marsh, veterano estadouniendese, tenía entonces 21 años cuando formó parte de la contienda. No creyó que llegaría vivo a la Nochebuena:
"Había un temporal tremendo. Estábamos apostados en las afueras de la ciudad. Y entonces, en medio de la gran helada, salió una mujer con un chal que nos dio dos tazas de caldo de pollo caliente para cada uno de nosotros. Creo que es la mejor comida que he comido nunca".
El memorial de Mardasson, situado en una colina de la ciudad en homenaje a los miles de soldados estadounidenses muertos, ha acogido la primera gran ceremonia oficial.
Entre los asistentes, además del secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, asistieron los presidentes de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y Polonia, Andrzej Duda.
" Por favor, no lo olvidemos, sobre todo ahora que el nacionalismo y el pensamiento etnocéntrico vuelven resurgen de nuevo", sostuvo Steinmeier.
La batalla de las Ardenas duró seis semanas, hasta la victoria aliada a finales de enero de 1945, dejando más de 15.000 muertos en las filas alemanas y otros tantos en el lado estadounidense. En los bombardeos murieron además 3000 civiles belgas