Copernicus ha puesto en marcha un servicio de monitoreo atmosférico que ofrece datos sobre 50 ciudades afectadas por el Covid-19
La calidad del aire está mejorando en Europa. Es una de las pocas buenas noticias que nos está dejando el coronavirus.
La red de satélites europeos Copernicus ha puesto en marcha un servicio de monitoreo atmosférico que ofrece datos sobre 50 ciudades afectadas por el Covid-19, entre las que se cuentan Madrid y Barcelona.
Incluye mapas y animaciones que permiten conocer el nivel de dióxido de nitrógeno (NO2) y de partículas finas (PM10) a partir de la información que aportan los satélites y de modelos numéricos de última generación.
Este sistema ya ha permitido detectar una reducción de los niveles de NO2 en el norte de Italia desde que se decretó el confinamiento y el cese de la actividad industrial.
El objetivo va más allá de satisfacer la curiosidad de los ciudadanos, pretende sobretodo ayudar a los epidemiólogos y expertos en salud que analizan el comportamiento del virus.
“Actualmente, no está establecido que la contaminación del aire esté jugando un papel en la propagación del Covid-19”, afirma Vincent-Henri Peuch, director del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera Copernicus. “Sin embargo, se sabe que la contaminación del aire afecta a la salud cardiopulmonary la respuesta inmune”.
Algunos investigadores han avanzado la hipótesis de que su avance podría responder a factores como la temperatura, la humedad, la radiación a nivel del suelo, así como otras variables climáticas. Y aquí entra en juego el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), donde pueden encontrar datos históricos sobre la evolución de estos factores.