El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, afirma que beneficiará tanto al medioambiente como a las empresas europeas del ramo. Pero el proyecto requiere inversiones por valor de 800.000 millones de euros.
La Comisión Europea quiere incrementar la producción de energía eólica marina. Y se ha dado un plazo de diez años para multiplicar su capacidad por cinco.
Una cifra que debería ayudar a reducir las emisiones contaminantes y a alcanzar el objetivo de la neutralidad climática.
"La estrategia será beneficiosa para el medio ambiente y para la economía”, explica Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea. “Ecologizamos nuestro suministro de energía, apoyamos a la industria europea y creamos puestos de trabajo. Y al mismo tiempo protegemos la biodiversidad y aseguramos un medio saludable para la pesca. Así pues, responde a una urgencia y al mismo tiempo ofrece un gran potencial".
El objetivo es llegar a los 60 gigavatios en 2030 y seguir avanzando hasta alcanzar los 300 gigavatios en 2050. Se trata de un desarrollo muy rápido, por lo que las organizaciones ecologistas quieren garantías de que el medio marino no sufrirá.
"Necesitamos energía limpia tanto como mares saludables, si queremos detener las crisis climática y ambiental en curso", dice Sergiy Moroz, de la Oficina Europea de Medio Ambiente.
Otro problema: el precio. La Comisión estima que el plan necesita una inversión de 800.000 millones de euros, principalmente del sector privado. Y la crisis económica vinculada a la pandemia puede convertirse en un obstáculo.