La OTAN restringe la entrada a Bielorrusia en una cumbre en la que también se hablará de las relaciones con China y la situación de Afganistán tras la retirada de tropas
PUBLICIDADLa OTAN ha restringido el acceso de los diplomáticos bielorrusos a su sede en Bruselas tras el desvío de un avión europeo por parte de Minsk. Aunque Bielorrusia no es miembro de la OTAN, el país tiene una misión diplomática en la Alianza desde 1998.
Pese a que se trata de una decisión en gran medida simbólica, refleja el enfado de las capitales occidentales por la orden del presidente bielorruso Alexander Lukashenko de desviar un avión de pasajeros de Ryanair para detener a un disidente exiliado.
Pero en la reunión de hoy de los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores de la OTAN, Lukashenko y su aliada Rusia no son los únicos temas en la agenda.
"No hay duda de que Afganistán se enfrenta a graves desafíos. Y no es un camino fácil. Al mismo tiempo, creo firmemente que, en algún momento, los afganos tienen que asumir la plena responsabilidad de su futuro. La única manera de lograr una paz duradera en Afganistán es un proceso de paz totalmente asumido y dirigido por los afganos", explicaba el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg.
A medida que EEUU y la OTAN inician la retirada de sus tropas del país, muchos expertos han expresado su preocupación que los talibanes superen rápidamente a las fuerzas gubernamentales afganas. La violencia no ha dejado de aumentar en los últimos meses a medida que se acelera la retirada.
Pero además de Afganistán, en la reunión se debatirán toda una serie de temas, entre los que también se encuentra China. "China no comparte nuestros valores, no creen en la democracia, no creen en la libertad de expresión ni en la libertad de los medios de comunicación. Y vemos cómo oprimen a las minorías", aclaraba Stoltenberg.
La reunión de este martes es la preparación para la cumbre de junio, en la que el presidente estadounidense, Joe Biden, se unirá a Stoltenberg y se reunirá con el resto de líderes de la alianza militar de los 30 países para dar paso a una nueva era en los lazos transatlánticos tras los cuatro tumultuosos años de la anterior administración Trump.