La cumbre de la OTAN cierra con los desafios planteados por China y Rusia como protagonistas y con el regreso de Estados Unidos tras los complicados años con Trump.
La OTAN cierra filas para afrontar "los nuevos retos" que llegan desde Rusia ... pero también de China.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quiere que la alianza de 30 países se coordine ante el aumento del poder global de Pekín. Nunca antes la OTAN había hablado de forma tan firme sobre China. Los aliados lo han descrito como un desafío de seguridad constante que está intentando socavar el sistema global basado en reglas.
"China está ampliando rápidamente su arsenal nuclear con más cabezas nucleares y un número mayor de sistemas de lanzamiento sofisticados. Es opaco en la implementación de su modernización militar. Y está cooperando militarmente con Rusia, incluso a través de ejercicios en el área euroatlántica", ha explicado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
En cuanto a Rusia, el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, ha subrayado que las relaciones están en su punto más bajo desde la Guerra Fría y la ha calificado como una amenaza para la seguridad de la Alianza.
Esta fue la primera visita de Biden a sus aliados de la OTAN desde que asumió el poder en enero. Esta cumbre ha sido su ocasión para "revitalizar" la alianza, tranquilizar a sus aliados y dejar atrás la era Trump.