Restauración de la naturaleza: esperanzas de los activistas en favor del clima en la Unión Europea

Un voluntario recoge una bolsa de plástico arrojada en un arroyo, durante una recogida de basura en el humedal de Kolovrechtis, en la isla de Eubea, el 3 de febrero de 2018.
Un voluntario recoge una bolsa de plástico arrojada en un arroyo, durante una recogida de basura en el humedal de Kolovrechtis, en la isla de Eubea, el 3 de febrero de 2018. Derechos de autor Copyright AP Photo/Thanassis Stavrakis
Por Alice Tidey & Euronews
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Con varios meses de retraso, pero muy esperada por las oenegés y los activistas en favor del clima, la Comisión Europea debería desvelar, por fin, este mes, su plan para restaurar algunos de los ecosistemas más degradados de la UE; un factor clave en la lucha contra el cambio climático.

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Con varios meses de retraso, pero muy esperada por las oenegés y los activistas en favor del clima, la Comisión Europea debería desvelar, por fin, este mes, su plan para restaurar algunos de los ecosistemas más degradados de la UE; un factor clave en la lucha contra el cambio climático.

"El continente está tan degradado, hemos deteriorado tanto la naturaleza que es necesario empezar a restaurarla", señala a Euronews Sergiy Moroz, responsable de la Política de Biodiversidad y Agua de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), organización que agrupa a las oenegés ecologistas.

Alrededor del 80 % de los hábitats protegidos y dos tercios de las especies del territorio comunitario tienen un estado de conservación deficiente o malo, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. Sin embargo, la naturaleza es el mejor aliado en la lucha contra el calentamiento global y el cambio climático, ya que los distintos ecosistemas, desde las turberas hasta los bosques, pasando por los ríos y los océanos, tienen distintas capacidades para almacenar carbono.

"Hay un beneficio muy, muy grande en términos de almacenamiento de carbono en estos ecosistemas porque son, con mucha frecuencia, áreas ricas en carbono. Así que, si no las destruimos, como ocurre con las turberas, seguirán reteniéndolo. Si las restauramos, les permitiremos que puedan volver a almacenar su carbono", subrayó Moroz.

El establecimiento de objetivos jurídicamente vinculantes, para restaurar estos ecosistemas naturales, ayudaría al bloque comunitario a alcanzar su objetivo de ser ‘neutro en carbono’ para 2050, aseguran los activistas. Pero, se enfrentan a detractores que presionan para que, con una guerra a las puertas de la Unión Europea y una crisis alimentaria en el horizonte, la UE posponga aún más su regulación.

¿Qué es la restauración de la naturaleza?

Restaurar la naturaleza significa, básicamente, eliminar las diferentes presiones que sufren determinados ecosistemas. Puede ser, por ejemplo, poner fin a la tala de árboles en los bosques para que puedan alcanzar el estado de bosque viejo, bloquear los drenajes para restaurar las turberas y los humedales, eliminar las presas de los ríos para que vuelvan las poblaciones de peces y otra flora y fauna, o prohibir la pesca en zonas marítimas.

Hasta ahora, la Unión Europea no había establecido leyes sobre el tema en concreto, sino que pedía a los Estados miembros que fijaran voluntariamente objetivos. Pero… esto ha fracasado, en gran medida.

"Nuestros actuales esfuerzos para proteger la naturaleza en la UE no son suficientes. No estamos consiguiendo frenar esta pérdida", declara a Euronews Sabien Leemans, responsable de políticas de biodiversidad para WWF Europa.

Las turberas y los ecosistemas de agua dulce se han visto especialmente afectados. Alrededor de la mitad de las turberas de la Unión Europea están degradadas; algunas, de forma tan drástica que se han perdido. En Alemania, por ejemplo, solamente queda un 5 % de turberas casi naturales.

Objetivos voluntarios o jurídicamente vinculantes

Lo que los expertos quieren de la Comisión Europea son objetivos jurídicamente vinculantes para que la restauración de la naturaleza se lleve a cabo en, al menos, el 15 % de la superficie terrestre de la UE, el 15 % de la superficie marina y el 15 % de la longitud total de los ríos para 2030.

"Esto es importante, porque lo que realmente tenemos, ahora, es esta ‘ventana temporal de oportunidades’, esta década, tanto para abordar la pérdida de la naturaleza como para abordar el cambio climático. Tenemos que llevar a cabo la mayor parte de las acciones de restauración para 2030, y no posponerlas demasiado hasta 2040 o 2050", afirma Leemans.

"Hay un gran potencial, y podría suponer, realmente, un cambio de juego", argumenta.

Los Estados miembros - indican las oenegés - deberían contar con un margen de maniobra a la hora de decidir en qué áreas quieren centrarse, siempre que cubran el 15 % de su territorio. Aunque… la Comisión debería supervisar el cumplimiento. La clave es que las medidas deben aplicarse rápidamente.

"Consideramos que, siempre que se pongan en marcha las medidas adecuadas, debería ser suficiente para que se cumpla la obligación", explica Moroz.

"Algunos de estos ecosistemas necesitarán algún tiempo para recuperarse, otros se recuperarán excepcionalmente rápido. Sabemos que cuando se eliminan las barreras en un río, la vida tarda un año en volver", añade.

Sin embargo, los estudios han demostrado que, en los humedales rehumedecidos, el almacenamiento de carbono, dos décadas después de la restauración, sigue siendo menor que en los humedales prístinos. Algunas marismas restauradas necesitarán más de un siglo para alcanzar las tasas de acumulación de carbono de sus homólogas naturales.

El ‘grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea’ en el Parlamento Europeo también reclama este objetivo del 15 %, con un aumento al 30 % en 2040.

En cuanto a la parte legalmente vinculante, es bastante explicativa. "Por ejemplo, nosotros, las oenegés, deberíamos poder llevar a los Estados miembros a los tribunales, cuando el objetivo no se haya cumplido", argumenta Moroz.

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La agricultura y la silvicultura se resisten

Pese a ello, no todo el mundo está entusiasmado. Restaurar la naturaleza podría significar poner fin a la actividad humana y económica en algunas áreas, como la agricultura, la tala y la pesca.

Hay mucha presión por parte de ciertos grupos que intentan utilizar la guerra en Ucrania y los argumentos de ‘seguridad alimentaria’ para oponerse a esto y a los compromisos ‘De la granja a la mesa’, que pretenden que nuestra agricultura sea más resistente, y tenga más en cuenta la biodiversidad, diciendo que el Reglamento de Restauración de la Naturaleza debería posponerse porque ya no es una prioridad", advierte Leemans.

"Lo que hemos visto es que, tanto el sector agrícola como el forestal, han presionado activamente contra los objetivos de restauración de la naturaleza legalmente vinculantes, afirmando que los objetivos voluntarios serían suficientes", señala.

Los expertos han presentado muchos otros beneficios para reforzar sus argumentos. Sin duda, la restauración de los hábitats naturales terrestres degradados, en la UE, podría eliminar el equivalente a 300 millones de toneladas de CO₂ al año; "más o menos, las emisiones de gases de efecto invernadero del Benelux", explica Leemans. Pero, también, podría tener muchos beneficios sanitarios y económicos.

Una naturaleza de mayor calidad que pueda capturar y almacenar más carbono podría conducir a una mejor calidad del aire, lo que probablemente se traduciría en un menor número de personas que sufran enfermedades respiratorias y muertes relacionadas con ello.

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WWF también calcula que los servicios de los ecosistemas prestados por la biodiversidad, desde la polinización de los cultivos y la purificación del agua, hasta la protección contra las inundaciones y el almacenamiento de carbono, tienen un valor estimado de entre 102 y 115 billones de euros al año.

En concreto, la ONG señala que, unos 4,4 millones de puestos de trabajo en la Unión Europea dependen, actualmente, de la conservación de ecosistemas sanos; con una parte importante vinculada a los espacios Natura 2000, una red de áreas de protección de la naturaleza en la UE.

"Cerrar la brecha de financiación, que se necesita para la gestión eficaz de la red, podría generar 500 000 puestos de trabajo adicionales", asegura la organización.

Para Moroz, el hecho de que Bruselas se comprometa con objetivos jurídicamente vinculantes del 15 % tendría un beneficio añadido.

"Definitivamente, dará a la UE la credibilidad necesaria para impulsar un acuerdo global más ambicioso", incluido su plan de prohibir las importaciones de productos alimentarios y agrícolas relacionados con la deforestación.

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