Bruselas reactivará las sanciones fiscales en 2024

El Vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis y el Comisario Europeo Paolo Gentiloni presentaron las orientaciones fiscales el miércoles por la tarde.
El Vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis y el Comisario Europeo Paolo Gentiloni presentaron las orientaciones fiscales el miércoles por la tarde. Derechos de autor European Union, 2023.
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Por Jorge Liboreiro
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El Ejecutivo comunitario ha anunciado a los países que la suspensión de las normas fiscales acordada al inicio de la pandemia ya tiene fin.

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En un momento en que la economía europea aún no sabe cómo crecerá en medio de la guerra en Ucrania, un mercado energético frágil y una inflación obstinadamente alta, la Comisión Europea ha decidido que va a aplazar las posibles sanciones a los Estados miembros con niveles de déficit excesivos hasta al menos la primavera de 2024.

Según las normas actuales, todos los países de la UE están obligados a mantener su déficit público por debajo del 3% y su ratio deuda/PIB por debajo del 60%. Pero muchos de los países superan actualmente estos umbrales por un margen significativo tras años de inyectar dinero para amortiguar las secuelas de la pandemia del COVID-19, la guerra y la crisis energética.

La aplicación de estas normas fiscales se suspendió durante la primavera de 2020, durante la primera ola de coronavirus, y sigue desactivada a día de hoy. Lo que significa que en este tiempo la Comisión Europea no ha impuesto sanciones contra ningún país.

Pero el Ejecutivo cree que la suspensión ya ha durado demasiado y ha decidido que a partir de enero de 2024 volverá a poner las normas en vigor. Aunque su reactivación dependera de la rapidez con la que los Estados miembros se pongan de acuerdo sobre una propuesta de reforma que otorgaría a las capitales mayor flexibilidad a la hora de elaborar sus presupuestos.

Una vez establecido el nuevo marco, la Comisión podrá poner en marcha de nuevo los llamados procedimientos de déficit excesivo (PDE) en la primavera de 2024. Este procedimiento implica una supervisión más estricta de los países que han superado el nivel de déficit del 3% y tiene por objeto garantizar que el gasto vuelva a una trayectoria más saneada a medio plazo.

Si persiste el incumplimiento, la Comisión está facultada para retirar los fondos de cohesión e imponer sanciones financieras a los gobiernos afectados de hasta el 0,2% del PIB nacional. Pero se considera que este paso es un último recurso que sólo se aplicaría en casos extremos.

Gasto prudente

"Empezamos 2023 con una base más optimista de lo que se esperaba en un principio. Aunque la economía va algo mejor, aún no estamos fuera de peligro", ha asegurado este miércoles por la tarde el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.

"Basándonos en los datos que recibiremos de las previsiones para 2023, propondremos abrir procedimientos de déficit excesivo en la primavera de 2024".

A su lado, Paolo Gentiloni, comisario europeo de Economía, ha instado a los Estados miembros a seguir "gastando con prudencia" y centrarse al mismo tiempo en acelerar las transiciones ecológica y digital, un doble esfuerzo que requiere 645.000 millones de euros anuales de inversión adicional tanto pública como privada.

"No tendría sentido simplemente volver a aplicar las normas existentes como si no hubiera pasado nada. Tenemos que reconocer la realidad post-pandémica y la realidad de la guerra en curso en Ucrania", ha dicho Gentiloni.

Las últimas cifras disponibles en Eurostat muestran que un total de 15 Estados miembros, entre ellos Francia, Italia y España, tienen déficits por encima del 3%, mientras que 13 países habían superado el ratio deuda/PIB del 60% en el tercer trimestre de 2022.

A la pregunta de si la Comisión seguirá adelante con el procedimiento de déficit el año que viene, independientemente de cómo evolucione la economía, tanto Dombrovskis como Gentiloni han defendido que la decisión se basaba en los últimos datos disponibles, pero que nada estaba grabado en piedra.

"Decir que pase lo que pase esta decisión se mantendrá es, por supuesto, un poco ambicioso, sobre todo después de lo que hemos vivido los tres años anteriores", ha dicho Gentiloni en respuesta a una pregunta de Euronews.

"Como estamos dando señales con mucha (antelación), también es una posibilidad para los Estados miembros hacer sus ajustes", ha señalado Dombrovskis.

"Es hora de cambiar de marcha"

La decisión de la Comisión se ha hecho oficial el miércoles por la mañana como parte de un documento que ofrece orientaciones adicionales a los Estados miembros sobre cómo elaborar sus presupuestos en la nueva realidad económica.

A pesar del sombrío entorno, las orientaciones tienen un tono algo optimista tras la considerable caída de los precios del gas al por mayor y la publicación de varias previsiones que sugieren que, a pesar de todo, la Unión Europea podrá evitar por los pelos una recesión en 2023.

El Ejecutivo proyecta ahora que el bloque experimentará un tenue crecimiento del 0,8% este año, por encima de la tasa del 0,3% estimada en el estudio anterior.

Pero la incertidumbre sigue pesando sobre todo el continente, sin que haya indicios de que el Kremlin vaya a renunciar pronto a su invasión a gran escala de Ucrania.

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Por si fuera poco, la inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de la energía y los alimentos, alcanzó el mes pasado un nuevo máximo histórico del 5,6% en toda la eurozona, una cifra preocupante que anuncia un mayor endurecimiento de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo.

El futuro del mercado energético es igualmente dudoso: aunque los precios del gas han bajado, los países de la UE siguen enfrentándose a la tarea de rellenar los almacenamientos subterráneos sin flujos de gas ruso. Al mismo tiempo, la carrera mundial por los buques de Gas Natural Licuado, materia prima clave para sustituir los suministros rusos, se intensificará a medida que la economía china recupere el ritmo tras meses de bloqueo draconiano.

La Comisión calcula que las medidas fiscales introducidas el año pasado por los Estados miembros para proteger a hogares y empresas ascendieron al 1,2% del PIB del bloque -unos 200.000 millones de euros- y se estima que este año serán del 0,9% a pesar del descenso de los precios.

Aunque el Ejecutivo reconoce que esta inyección masiva de ayuda fiscal fue de hecho útil para proteger a los consumidores, cree que el dinero se gastó de forma excesivamente indiscriminada y debe retirarse gradualmente para evitar inflar aún más los presupuestos nacionales.

"Las ayudas no pueden continuar indefinidamente", ha apuntado Valdis Dombrovskis. "El momento del estímulo fiscal generalizado ha pasado. Es hora de cambiar de marcha y mirar al futuro".

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