La jefa de la unidad de la UE en el Consejo Sami califica de injustas las presiones europeas para que no ayuden a sus compatriotas rusos.
Sápmi es una región muy extensa que abarca cuatro países, entre ellos Rusia.
Las consecuencias de la transición ecológica en los medios de vida de los sami, así como el impacto de la guerra en Ucrania son algunos de los temas con los que lidia Elle Merete, jefa de la unidad de la UE en el Consejo Sami.
"Los Estados nacionales no están hechos por nosotros"
Para Merete, es importante reconocer al pueblo sami como una población que vive a través de varias fronteras nacionales, y que somos un pueblo que nunca ha estado en guerra con nadie.
"Hay que entender que los Estados nacionales no están hechos por nosotros. Sólo han obstaculizado nuestra cultura", confiesa Merete.
Esta añade que la invasión rusa de Ucrania ha ejercido una presión adicional en las relaciones con nuestros hermanos y hermanas del lado ruso. "También es injusto ejercer ese tipo de presión sobre nosotros para que optemos por no ayudar a nuestros hermanos y hermanas del lado ruso a fin de cumplir con las sanciones", afirma.
Formar parte del debate para la transición ecológica
En medio de la crisis climática, la jefa de la unidad de la UE en el Consejo Sámi considera que parte de las soluciones que les ofrece la comunidad internacional supone una invasión de su uso de la tierra, como por ejemplo, los parques eólicos, las turbinas eólicas.
Esta pone en duda la necesidad de crear centrales hidroeléctricas o minas que se están como parte de la transición verde. "Creo que debemos ser conscientes de que estos retos o las nuevas soluciones están ejerciendo una presión adicional sobre el pueblo sami. Y si observamos a nivel mundial, vemos que las zonas con mayor biodiversidad se encuentran en zonas donde los pueblos indígenas gestionan sus recursos naturales", declara Merete.
"Yo diría que somos parte de la solución, pero tenemos que asegurarnos de que formamos parte de los debates y las decisiones", señala.