Más de 10.000 personas se manifiestan en Mallorca para mostrar su descontento con el turismo masivo y sus consecuencias para los autóctonos.
PUBLICIDADMallorca, la isla mediterránea más grande dentro de las Islas Baleares españolas, se ha convertido en un epicentro de protestas debido a la crisis de vivienda que afecta a sus habitantes.
Más de 10.000 personas salieron a las calles durante el fin de semana para expresar su descontento con el turismo masivo y sus consecuencias. En los últimos 10 años, los precios de la vivienda en las Islas Baleares se han triplicado, lo que ha llevado a una situación insostenible para la clase media. ¿Quién es el culpable? Muchos señalan al turismo masivo como el principal responsable.
El Parlamento regional debatió la crisis el pasado jueves, pero la situación ya es crítica. Los alquileres en Mallorca han alcanzado niveles exorbitantes, con un precio promedio de 1.500 euros al mes por un apartamento. Esto está fuera del alcance de la mayoría de los isleños, y la indignación crece.
El aumento constante del número de turistas en Mallorca ha exacerbado el problema. Muchos visitantes desean alquilar su propio apartamento, mientras que los propietarios locales e inversores intentan aprovechar esta tendencia.
Sin embargo, las consecuencias son evidentes: más de 30 personas viven en un sótano deteriorado. Aunque trabajan en la industria turística, sus salarios no son suficientes para costear una vivienda normal.
Sobreviviendo al aumento de precio de la vivienda
Los residentes muestran sus condiciones inhumanas de vida: moho extendido, cucarachas y el olor a excrementos por todas partes. Christopher Nathanael paga 600 euros al mes por su pequeña habitación sin ventanas. A pesar de que las autoridades conocen el problema desde hace años, poco se ha hecho al respecto. Incluso los niños pequeños continúan viviendo en estas condiciones precarias.
La crisis de vivienda afecta cada vez a personas de diferentes orígenes. Algunos han optado por mudarse a una furgoneta en las afueras de Palma. Álvaro Ortega, un técnico con más de 20 años de experiencia, se vio obligado a hacerlo después del último aumento de alquiler.
La periodista local Gemma Marchena ha estado escribiendo sobre este problema durante años. Para ella, la crisis se debe principalmente a políticas fallidas. Quizás, dice, los responsables están empezando a despertar lentamente. Saben que demasiadas protestas en las islas turísticas no son buenas para los negocios.
En resumen, la crisis de vivienda en Mallorca es un tema complejo que requiere soluciones urgentes. El equilibrio entre el turismo y las necesidades de los residentes debe encontrarse para garantizar un futuro sostenible para todos.