Los efectivos y el armamento bielorruso provocan la reacción de Kiev, que advierte a su vecino de que tomará las "medidas necesarias" si se viola la frontera.
La tensión aumenta en el este de Europa después de que las Fuerzas Armadas de Bielorrusia hayan "concentrado un número significativo de efectivos, armamento y equipos" en la región de Gomel, cerca de la frontera norte de Ucrania. Las informaciones ucranianas destacan la presencia de antiguos mercenarios del grupo Wagner.
Kiev ha avisado a Bielorrusia de que tomará las medidas necesarias en caso de que viole sus fronteras. De hecho, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania publicó un comunicado el domingo en X exigiendo al Ejército vecino que se aleje de sus fronteras "a una distancia mayor del alcance de los sistemas de tiro bielorrusos".
En el mismo mensaje, advirtió a los oficiales de que no cometan "errores trágicos" durante la ejecución de las supuestas maniobras militares en la frontera entre los dos países. Unas maniobras que, según Kiev, suponen una amenaza para la "seguridad mundial" debido a la cercanía de la central nuclear de Chernóbil.
Estos movimientos se producen tan solo unas semanas después de que Ucrania lanzase en la región de Kursk su mayor ofensiva en territorio ruso, y la que ya es considerada como la mayor invasión de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial.
Aunque la situación se mantiene "sin cambios y bajo control", según el Servicio Estatal de Guardia de Fronteras de Ucrania, los servicios de inteligencia ucranianos "vigilan activamente" al país vecino.
Por el momento, los expertos coinciden en que el número de efectivos desplegados en la frontera no son suficientes para tener un impacto importante en Ucrania, ni para lanzar una ofensiva como la que se llevó a cabo al inicio de la invasión rusa hace dos años y medio.