Las encuestas muestran que el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) lidera en Turingia, Sajonia y Brandemburgo días antes de las elecciones estatales.
Las comunidades étnicas e inmigrantes de Alemania han expresado su preocupación por el creciente apoyo a partidos de extrema derecha como Alternativa para Alemania (AfD). Esta formación es conocida por su feroz retórica antiinmigración, tema que utiliza como una cuestión clave para los votantes del este de Alemania.
Esto ha causado ansiedad, no solo entre quienes trabajan para combatir la discriminación, sino también entre minorías, como los alemanes negros y los inmigrantes africanos, que a menudo son los primeros en ser discriminados.
Esto es especialmente destacado en el estado de Turingia, que acudirá a las urnas la próxima semana. Allí, las encuestas muestran que hasta el 30% de los votantes quiere votar por AfD, lo que la sitúa por delante de otros partidos mayoritarios.
Los expertos afirman que, concretamente en Turingia, las fuerzas radicales de extrema derecha han creado un ambiente hostil hacia las minorías, incluida la población negra.
"En los últimos años se ha formado en Turingia un movimiento de extrema derecha que ha contribuido a una notable radicalización ideológica de sus seguidores. Políticamente, el partido Alternativa para Alemania es el principal beneficiario de ello", afirma la ONG Fundación Ezra.
La rama de Turingia de la AfD es especialmente radical y fue puesta bajo vigilancia oficial por el servicio de inteligencia nacional hace cuatro años como grupo de "extrema derecha probado". Pero la AfD también ejerce un gran poder en Sajonia y Brandemburgo, donde se celebrarán elecciones el 1 y el 22 de septiembre, respectivamente.
Los tres estados suman el 10% de la población de Alemania y se espera que sus resultados electorales tengan una gran influencia en la política nacional.
Profundización del debate sobre la inmigración
El debate sobre los migrantes en Alemania se ha visto exacerbado en los últimos días por el ataque con cuchillo que mató a tres personas en un festival callejero en Solingen, presuntamente perpetrado por un solicitante de asilo sirioque debería haber sido deportado el año pasado tras ser rechazada su solicitud.
Los partidos de la oposición han aprovechado el incidente para criticar al gobierno alemán por su fracaso en política migratoria. Este ha respondido prometiendo endurecer las normas de deportación. El canciller Olaf Scholz se reunirá con el líder de la oposición de la CDU, Friedrich Merz, para seguir debatiendo el asunto.
Mientras tanto, el ministro alemán de Justicia, Marco Buschmann, ha confirmado que los solicitantes de asilo rechazados podrían ser deportados a Siria y se ha comprometido a buscar una solución para Afganistán.
"Soy de la opinión de que se puede deportar a Siria. Los tribunales ya lo han decidido. Basta de pensar en el Tribunal Administrativo Superior de Renania del Norte-Westfalia, porque también tenemos regiones en Siria donde la gente puede estar segura. Creo que también necesitamos una solución para Afganistán", afirmó.