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Por qué la ayuda de la UE en caso de catástrofe en Europa suele llegar demasiado tarde

Las inundaciones graves aumentan en Europa.
Las inundaciones graves aumentan en Europa. Derechos de autor  Balazs Mohai/AP
Derechos de autor Balazs Mohai/AP
Por Mascha Wolf
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Las inundaciones en España reabren las incógnitas sobre la facilidad del Fondo de Solidaridad de la UE para responder ante catástrofes. Pero para muchos afectados en Europa, como Klaus Feuser, la ayuda suele ser una promesa lejana, bloqueada por la burocracia y los límites presupuestarios.

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En la idílica pero animada localidad alemana de Bad Neuenahr, Klaus Feuser observa los restos de sus cinco restaurantes, antaño prósperos. Más de tres años después de las devastadoras inundaciones que cambiaron la vida y el paisaje del valle del Ahr, las cicatrices aún son visibles. "Mires donde mires, sigue pareciendo que fue ayer", se lamenta Feuser. La persistencia de los daños es una clara señal de la fuerza de la inundación y de la lentitud de la reconstrucción.

La historia de Klaus Feuser refleja los retos de mayor envergadura a los que se enfrenta la UE, que lidia con una frecuencia cada vez mayor de catástrofes naturales (desde inundaciones como las que ahora afectan a España a incendios forestales) que ponen a prueba los mecanismos existentes de ayuda y recuperación.

Desde su última revisión en 2014, el Fondo de Solidaridad de la UE (FSUE) ha sido criticado por su limitado alcance y la lentitud de sus desembolsos, que a menudo no logran satisfacer las necesidades inmediatas de las comunidades afectadas. El objetivo del Fondo es restablecer infraestructuras vitales y apoyar la reconstrucción.

Las inundaciones destruyeron por completo los restaurantes de Klaus Feuser.
Las inundaciones destruyeron por completo los restaurantes de Klaus Feuser. Klaus Feuser

Limitaciones financieras y retos del Fondo de Solidaridad de la UE

Fundado en 2002, el Fondo de Solidaridad de la UE (FSUE) es objeto de crecientes críticas, sobre todo por sus limitaciones financieras y su ineficacia. En su día fue un faro de esperanza para las regiones europeas afectadas por catástrofes.

Con el aumento de las catástrofes relacionadas con el clima, la actual estructura financiera del Fondo está sufriendo presiones. El presupuesto anual de 1.100 millones de euros se considera insuficiente. Esto ya ha desencadenado llamamientos urgentes de los responsables políticos y las comunidades afectadas para una revisión fundamental de los mecanismos financieros del Fondo.

En su Informe sobre Riesgos Climáticos 2024, Julie Berckmans, de la Agencia Europea de Medio Ambiente, pide, entre otras cosas, una reforma del Fondo de Solidaridad. Berckmans subraya a Euronews que los recursos del Fondo se agotan cada año debido al número y la magnitud de los fenómenos relacionados con el clima. "Las previsiones dicen que solo los daños causados por las inundaciones costeras podrían ascender a un billón de euros anuales a finales de siglo", explica.

En 2021 y 2022, las inundaciones en varios países de la UE superaron las asignaciones presupuestarias del Fondo, lo que provocó recortes en la ayuda financiera prestada. Por regla general, un país puede recibir del FSUE hasta el 6% del total de los daños. Los 612,6 millones de euros que recibió Alemania corresponden aproximadamente al 1,5% de los daños estimados en 40.500 millones de euros.

Falta de transparencia y regulación

La complejidad burocrática del FSUE no solo ralentiza el proceso de desembolso, sino que también complica la transparencia y la rendición de cuentas. La gestión compartida del Fondo significa que, si bien se establece el marco de la UE, la ejecución real corre a cargo de las autoridades nacionales y regionales.

Esto puede dar lugar a diferencias significativas en la utilización de los fondos y la rendición de cuentas. Los beneficiarios locales, como el restaurador Klaus Feuser, suelen sentirse frustrados. "Cuando hay fondos, no tenemos ni idea de adónde van", explica a 'Euronews'.

Este problema de transparencia se agrava aún más cuando los fondos se desvían o retienen en los niveles superiores de Gobierno, como en un reciente escándalo destapado en Alemania. En julio de 2023, se reveló que 612,6 millones de euros destinados a las víctimas de las inundaciones en regiones como Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia no habían llegado a los municipios afectados. En su lugar, se retuvieron en el presupuesto federal.

Esta mala asignación de fondos suscitó duras críticas de las autoridades locales y regionales y puso de manifiesto una profunda brecha entre la asignación de fondos de la UE y las necesidades reales sobre el terreno.

Queda de manifiesto la urgente necesidad de más transparencia y responsabilidad en la gestión del FSUE.

Un largo camino con obstáculos burocráticos

La normativa del FSUE dificulta aún más la reconstrucción, ya que los fondos no pueden utilizarse para mejorar la resistencia de las infraestructuras. El principio se conoce como "reconstruir mejor".

La normativa actual limita la financiación a la reconstrucción inmediata. A menudo no incluyen mejoras que harían las estructuras más resistentes a futuras catástrofes. Este marco normativo obstaculiza la capacidad de la UE no solo de responder eficazmente a las catástrofes, sino también de mejorar proactivamente las infraestructuras.

Las recientes inundaciones en Alemania, Italia y España demuestran lo crucial que es el Fondo de Solidaridad de la UE para la gestión de crisis en Europa. Tras las graves inundaciones que asolaron Baviera, Baden-Württemberg y el Valle de Aosta en mayo y junio de este año, la Comisión puso a disposición 116 millones de euros. De ellos, unos 112 millones de euros se destinarán a Alemania y algo menos de 4 millones a Italia.

Las regiones de Emilia-Romaña y Toscana, afectadas por graves inundaciones, también reciben ayudas. Sin embargo, estas cantidades representan solo una fracción de los miles de millones en daños. España espera ahora las ayudas.

Las elecciones europeas de este año ofrecieron un rayo de esperanza

Las elecciones europeas de este año fueron un rayo de esperanza de que las reformas del Fondo de Solidaridad podrían ser inminentes. Y de hecho esa esperanza puede atisbarse en el horizonte: en una resolución aprobada recientemente, los eurodiputados piden ampliar el presupuesto del FSUE para reforzar la resistencia de Europa ante las catástrofes relacionadas con el clima.

"Tenemos que seguir desarrollando las estructuras para hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos", declaró Elisa Ferreira, comisaria de Cohesión y Reformas de la UE. "El Fondo de Solidaridad es una poderosa señal de la Unión Europea, y los habitantes de las regiones afectadas pueden confiar en este apoyo".

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