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Las mujeres católicas francesas que luchan por una mayor igualdad e influencia en la Iglesia

ARCHIVO - Por primera vez, las mujeres católicas de toda Francia hacen huelga durante la Cuaresma
ARCHIVO - Por primera vez, las mujeres católicas de toda Francia hacen huelga durante la Cuaresma Derechos de autor  Jessie Wardarski/Copyright 2024 The AP. All rights reserved
Derechos de autor Jessie Wardarski/Copyright 2024 The AP. All rights reserved
Por Sophia Khatsenkova
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Para destacar la importancia del papel de la mujer en la Iglesia, una organización feminista católica llama a las mujeres a hacer huelga durante los 40 días de Cuaresma.

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Sin ellos, ninguna parroquia funcionaría. Preparan ceremonias, cuidan de las iglesias y acompañan a los dolientes. Y, sin embargo, en la Iglesia católica siguen excluidas de la toma de decisiones, del liderazgo y del altar. Ahora, por primera vez, las mujeres católicas de toda Francia se declaran en huelga.

Ayuno contra el sexismo

'Mujer católica en huelga', reza la pequeña insignia prendida en el abrigo de Mathilde. La lleva junto a otra en la que se lee 'Ayuno contra el sexismo'. Esta abogada de 32 años, asidua a la iglesia y residente en París, está harta y ha decidido unirse al movimiento. "La idea es realmente protestar, durante estos 40 días de Cuaresma, para expresar una profunda incomprensión sobre el lugar de la mujer en la Iglesia actual", explica.

Al principio, boicoteó la misa por completo. "Pero luego pensé: 'iré, pero llevaré la insignia e intentaré que haya debate", explicó a 'Euronews'. El movimiento, que comenzó el 5 de marzo y se prolongará hasta el 17 de abril, tiene lugar durante la Cuaresma, los 40 días de reflexión y sacrificio que preceden a la Pascua.

La protesta está encabezada en Francia por 'le comité de la jupe' (el comité de la falda), una asociación católica feminista que lleva desde 2009 haciendo campaña por una mayor igualdad de género dentro de la Iglesia. Según la organización, las mujeres realizan casi el 80% del trabajo esencial en las parroquias.

Otras encuentran diferentes formas de participar: desde rezar fuera de los muros de la iglesia hasta negarse a donar dinero o simplemente retirarse de las tareas no remuneradas.

"Además del Gobierno estrictamente masculino, la realidad sobre el terreno es que las mujeres están en todas partes. Las iglesias están llenas de mujeres, ya sean feligresas, voluntarias o en el púlpito. Están por todas partes, pero tienen ese techo de cristal que les impide acceder a ciertas responsabilidades", explica Adéline, copresidenta del comité de la falda. Sólo en Francia, el comité de la falda cuenta ya con más de 300 miembros activos, y sigue creciendo.

La asociación francesa se ha unido a un movimiento internacional lanzado por la Women's Ordination Conference, con sede en Estados Unidos, una organización que lucha por la ordenación de mujeres diáconos, sacerdotes y obispos en la Iglesia católica.

"Es una especie de respuesta de emergencia a décadas de inacción", dijo Adéline a 'Euronews'. "Ha habido grupos de trabajo, comisiones, informes... y nada cambia. Así que esta huelga es un grito de urgencia: dejemos de hablar, dejemos de escribir documentos. Actuemos".

"Hay un miedo real a perder el poder"

Hasta ahora, la respuesta oficial de los obispos ha sido el silencio de radio. Aunque ha habido pequeños signos de progreso, en particular el nombramiento de la primera mujer gobernadora del Estado de la Ciudad del Vaticano, los activistas dicen que no es suficiente. Incluso después del devastador informe de 2022 de la Comisión Independiente sobre Abusos Sexuales en la Iglesia (CIASE), que pedía una mayor representación femenina en la cúpula eclesiástica, poco ha cambiado.

Pero dentro de la institución, algunos como Antoine Guggenheim expresan su apoyo. "Cuando oí hablar por primera vez del movimiento, pensé: '¡qué gran idea! Cuando se es activista, hay que proponer ideas que tengan impacto", explica este sacerdote católico afincado en París.

"Pero es cierto que cuando hablo de estos temas con otros sacerdotes, es complicado. Hay un miedo real a perder poder. Y las opiniones están muy divididas", declaró a 'Euronews'. Para muchas mujeres, esa perspectiva es precisamente lo que necesita la Iglesia.

"No intentamos quitar nada", dijo Caroline, una voluntaria de la parroquia desde hace mucho tiempo que ayuda a preparar las ceremonias. "Sólo queremos mostrar que no hay nada que temer para seguir adelante. Todos tenemos un lugar".

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