Este premio, concedido por la Oficina Europea de Patentes, recompensa a los menores de 30 años que innovan para afrontar los grandes retos del mañana.
Jóvenes menores de 30 años ya han desarrollado innovaciones para reciclar tierras raras, combatir el desperdicio de alimentos y reducir las emisiones de CO2 de la industria textil. Estos innovadores fueron los diez finalistas del Premio para Jóvenes Inventores, galardonados en una ceremonia celebrada en Reikiavik, capital de Islandia. Concedido por la Oficina Europea de Patentes, el premio pretende destacar las innovaciones que contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
La industria textil es responsable del 8% de las emisiones de CO2 en todo el mundo. Las científicas estadounidenses Neeka y Leila Mashouf, de 28 años, se han inspirado en la naturaleza para desarrollar enzimas que convierten las emisiones industriales de CO2 en celulosa biodegradable.
"Un árbol respira CO2. Empieza como una semilla y es capaz de utilizar este carbono para hacer crecer su tronco, ramas y hojas. En esencia, imitamos este proceso, tomando carbono y fabricando estos materiales esenciales, pero sin necesidad de talar árboles", explica Neeka Mashouf a Euronews. Recibieron el premio especial 'Guardianes de la Naturaleza'.
Bolsita para combatir el desperdicio alimentario
El desperdicio de alimentos es responsable del 10% de las emisiones de CO2, según la FAO. Los empresarios ugandeses Sandra Namboozo y Samuel Muyita han desarrollado una bolsa que prolonga la vida útil de la fruta. "Karppolax es esencialmente una bolsita que colocamos en las cajas de fruta durante el almacenamiento o la entrega. Libera una sustancia activa que inhibe la enzima fosfolipasa D, responsable de la senescencia o deterioro de las membranas de la fruta", explica Sandra Namboozo a Euronews.
Sin un sobre, algunas frutas como el mango o el tomate solo duran tres o cuatro días. Gracias a este invento, pueden conservarse durante 30 días, asegura. Los fundadores de Karpolax recibieron el premio especial 'Community Healers' por su contribución a la seguridad alimentaria.
Reciclaje de tierras raras
Marie Perrin, química franco-estadounidense de 27 años, ha desarrollado un proceso para reciclar las tierras raras que se encuentran en los residuos electrónicos. Las tierras raras son una familia de 17 elementos de la tabla periódica, como el neodimio y el europio, que se utilizan para construir nuestros teléfonos y ordenadores, así como turbinas eólicas y coches eléctricos.
"Su producción mediante minería plantea importantes problemas geopolíticos y medioambientales. Así que el reciclaje es una especie de solución mágica, tanto en términos geopolíticos como de impacto medioambiental", explica Marie Perrin a Euronews. China ha conseguido prácticamente el monopolio en la explotación y producción de tierras raras. La científica recibió el premio especial "Constructores del Mundo".
Etiqueta inteligente
Por último, el 'Premio del Público' lo ganó un equipo de investigadores españoles: Pilar Granado, de 29 años, Pablo Sosa Domínguez, de 29, y Luis Chimeno, de 28 años. El trío ha desarrollado una etiqueta inteligente y biodegradable para colocar en los alimentos que cambia de color cuando entra en contacto con bacterias. Puede utilizarse para indicar en tiempo real si un alimento ha caducado, evitando así intoxicaciones.