La presidenta de la Comisión ha ofrecido durante la ceremonia anual un adelanto del próximo paquete de sanciones contra Rusia -el decimonoveno- y a un préstamo para la reconstrucción de Ucrania.
El discurso de 73 minutos de Ursula von der Leyen sobre el estado de la Unión Europea ha otorgado espacio para muchos temas, desde las nuevas sanciones que pretende imponer a Israel, el drama de los precios de la vivienda o sus guiños para la mayoría parlamentaria que le sostiene en el cargo, ante el anuncio de dos futuras mociones de censura por parte de los grupos de extrema izquierda y ultraderecha de la Eurocámara.
Pero ha sido la invasión de Ucrania por parte de Rusia lo que ha ocupado gran parte de su discurso, tras la invasión del espacio aéreo polaco horas antes por parte de una decena de drones provenientes de Bielorrusia. "Europa está en lucha", ha dicho la presidenta de la Comisión Europea al comienzo de su discurso. "Una lucha por un continente entero y en paz".
A continuación, Von der Leyen ha presentado una serie de medidas para apretar las tuercas al Kremlin y aumentar la ayuda a Ucrania, dos esfuerzos interrelacionados que han adquirido un nuevo sentido de urgencia a la luz de la impredecible política exterior de Donald Trump. He aquí un resumen de lo que ha anunciado:
Contraataque contra la 'flota fantasma' rusa y el 19º paquete de sanciones
La próxima ronda de sanciones de la UE contra Rusia continuará la ofensiva contra la conocida como 'flota fantasma' que Moscú utiliza para eludir el límite de precios del petróleo transportado por mar, y los terceros países que permiten que este país eluda las restricciones económicas, ha dicho Von der Leyen.
La presidenta ha señalado que la Comisión pretende acelerar el fin de la compra de energía rusa, que el bloque, a pesar de más de tres años de guerra, sigue comprando a su rival fronterizo. Se calcula que, el año pasado, la Unión gastó unos 23.000 millones de euros en combustibles fósiles rusos.
En primavera, la Comisión presentó una hoja de ruta para poner fin a todas las compras, a más tardar a finales de 2027. Dado que el plan apenas tiene unos meses y sigue negociándose, llama la atención que Von der Leyen haya hecho este anuncio. Lo más probable es que la razón se encuentre en la Casa Blanca.
Trump está ejerciendo una presión adicional sobre los europeos para que corten todo lazo energético con Moscú y apliquen aranceles secundarios a China e India, los mayores clientes del crudo ruso. La petición va en contra de la postura de los dos Estados miembros más afines a Trump, Hungría y Eslovaquia, que a su vez mantienen posturas y políticas claramente prorrusas.
Von der Leyen asegura que el 19º paquete de sanciones se está preparando "en coordinación con los socios", en otra referencia a Washington. La semana pasada, la alemana mantuvo una llamada telefónica con el vicepresidente de EE.UU., J.D. Vance, para garantizar un "frente unificado en materia de sanciones". Esta semana, David O'Sullivan, enviado especial de la UE para dichas sanciones, voló a Washington y se reunió con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.
"Todas las opciones siguen sobre la mesa como parte de la estrategia (de Trump) para apoyar las negociaciones de paz. Lo de siempre no ha funcionado", dijo Bessent tras la reunión. "Estamos dispuestos a tomar medidas enérgicas contra Rusia, pero nuestros socios europeos deben unirse plenamente a nosotros en esto para tener éxito". El comentario de Bessent levantó ampollas: Estados Unidos aún no ha impuesto nuevas sanciones contra Rusia.
Un nuevo préstamo para la posguerra ucraniana
Von der Leyen sacó a colación un tema candente: los activos congelados de Rusia. En los primeros días de la guerra, los aliados occidentales se apresuraron a inmovilizar los depósitos del Banco Central ruso. La UE posee la mayor parte, por valor de 210.000 millones de euros.
La suma ha alimentado incesantes llamamientos para confiscar el dinero y transferirlo directamente a Ucrania, que se enfrenta a unos costes presupuestarios y de reconstrucción cada vez mayores. Pero esta idea plantea debates vinculados al Derecho internacional. Además, los Estados miembros temen los riesgos asociados para la estabilidad financiera y la credibilidad del bloque.
En su lugar, la Comisión ha trabajado para capturar los beneficios inesperados generados por los activos, utilizándolos para financiar un préstamo extraordinario del G7 por valor de 50.000 millones de dólares (42.720 millones de euros). Basándose en este modelo, Von der Leyen quiere conceder otro préstamo.
"Esta es la guerra de Rusia. Y es Rusia quien debe pagar", ha asegurado ante los eurodiputados en Estrasburgo. "Con los intereses asociados a estos activos rusos, podemos proporcionar a Ucrania un préstamo de reparación. Los activos en sí no se tocarán, y el riesgo tendrá que ser asumido colectivamente", prosiguió.
"Ucrania sólo devolverá el préstamo una vez que Rusia pague las reparaciones. El dinero ayudará a Ucrania ya hoy". No está claro a cuánto ascenderá el nuevo préstamo ni qué modelo utilizará la Comisión para maximizar los beneficios extraordinarios, necesarios para el anterior plan del G7.
Un nuevo plan militar para fomentar los drones ucranianos
Paralelamente al apoyo financiero, la UE aumentará su ayuda bélica a Ucrania, ha dicho Von der Leyen. Para ello, ha presentado un nuevo programa denominado 'Ventaja militar cualitativa', que canalizará la inversión en las capacidades que necesitan las Fuerzas Armadas ucranianas.
Además, la exministra de Defensa de Alemania dio a conocer una 'alianza de drones' entre Ucrania y el bloque. El proyecto pretende impulsar la ventaja tecnológica de Ucrania en este sector, crucial para su resistencia frente a la invasión rusa, aprovechando la capacidad de fabricación de la UE.
Bruselas aportará 6.000 millones de euros del préstamo del G7 para poner en marcha la alianza. "Ucrania tiene el ingenio. Lo que necesita ahora es escala", ha dicho. "Y juntos podemos proporcionársela: para que Ucrania mantenga su ventaja y Europa refuerce la suya". Von der Leyen también habló de una próxima cumbre dedicada a la devolución de los niños ucranianos secuestrados por las fuerzas rusas, un crimen de guerra por el que se busca a Vladímir Putin. En agosto, la presidenta trató personalmente el tema con Trump en la Casa Blanca.
"Con casi 20.000 niños ucranianos secuestrados, esta guerra se ha convertido en una tragedia profundamente personal para miles de familias destrozadas. Debemos hacer todo lo posible para traer a todos de vuelta", ha dicho el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en reacción al discurso. "Estamos de acuerdo: la seguridad de Ucrania es la seguridad de Europa. Juntos -Ucrania, Europa, Estados Unidos, el G7- podemos lograr una paz duradera y garantizada para todo nuestro continente", ha concluido el mandatario.