Por Jesús Aguado y Emma Pinedo
MADRID, 14 jun - La economía española probablemente crecerá un 2,2% en el segundo trimestre con respecto al periodo enero-marzo, cuando se contrajo un 0,5%, gracias al aumento de la demanda interna desencadenado por la relajación de las restricciones de la COVID-19 y el aumento de las tasas de vacunación, según dijo el lunes el banco central.
Tras una caída récord del 10,8% el año pasado, el banco central prevé que el producto interior bruto (PIB) aumente entre el 4,6% y el 6,8% este año, y su escenario central apunta a un crecimiento del 6,2%, frente al 6% de su anterior pronóstico publicado en marzo.
También elevó sus previsiones al 5,8% para el próximo año, frente al 5,3% anterior, y al 1,8% para 2023, frente al 1,7% anterior.
Para el segundo trimestre, su previsión de crecimiento intertrimestral oscila entre el 1,4% y el 2,7%.
"Este repunte de la actividad se ha intensificado notablemente en el transcurso del segundo trimestre del año, en consonancia con la evolución más favorable de la pandemia", dijo el Banco de España en su informe, aunque añadió que la incertidumbre seguía siendo elevada.
También pronosticó una recuperación impulsada por los servicios y el consumo, gracias en parte al ahorro acumulado por los hogares españoles, que se verá favorecida por la recuperación gradual del mercado laboral y la ejecución de proyectos empresariales financiados por la UE.
No obstante, dado que es probable que los viajes internacionales sigan siendo escasos debido a la preocupación por las variantes más contagiosas de COVID-19, el banco no prevé que la economía española, dependiente del turismo, alcance los niveles anteriores a la pandemia hasta finales de 2022.
El economista jefe, Oscar Arce, advirtió que este verano estaría lejos de ser normal en términos de número de turistas y gasto, y retrasó la previsión de que las llegadas internacionales recuperaran los niveles anteriores a la pandemia hasta 2023, en lugar de 2022.