PEKÍN, 17 jun - La economía de Shanghái se contrajo por segundo mes en mayo, aunque a un ritmo algo más lento, según mostraron el viernes los datos de la oficina nacional de estadística, lo que pesa sobre las perspectivas de recuperación de la ciudad, un importante centro industrial, tras dos meses de confinamiento por el COVID.
La producción industrial de Shanghái, situada en el corazón de la industria manufacturera del delta del río Yangtze, cayó un 27,6% el mes pasado con respecto al año anterior, pero el descenso fue menos acusado que el del 61,5% de abril.
Mientras los residentes se recluían en sus casas y las tiendas cerraban, las ventas al por menor de la ciudad más cosmopolita de China, con 25 millones de habitantes, se redujeron un 36,5%. La cifra, sin embargo, supuso una mejora respecto a la caída del 48,3% de abril.
Aunque Shanghái suavizó algunas restricciones desde finales de mayo y eliminó los confinamientos de toda la ciudad para reanudar el trabajo desde el 1 de junio, sigue exigiendo a todos sus distritos que organicen pruebas masivas de COVID para los residentes cada fin de semana hasta finales de julio.
La ciudad informó de dos nuevos casos sintomáticos locales para el 16 de junio, frente a los nueve del día anterior, y de dos nuevos casos asintomáticos locales frente a los siete del día anterior, según datos del Gobierno local.
Tras el duro golpe que supusieron las medidas de cuarentena, con el cierre de fábricas y la reconsideración de los planes de inversión por parte de las empresas extranjeras, puede pasar mucho tiempo antes de que la economía de la zona vuelva a tener una base sólida.
La inversión en activos fijos en la ciudad cayó un 21,2% en los cinco primeros meses respecto al mismo periodo del año anterior, frente a la pérdida del 11,3% en enero-abril.
Las ventas de inmuebles por superficie se redujeron un 23,0% en los cinco primeros meses, peor que el descenso del 17,0% en enero-abril.
Para impulsar la economía, las autoridades de Shanghái anunciaron 50 medidas políticas para ayudar a las empresas y fomentar un mayor consumo, incluyendo el aumento de la emisión y el uso de bonos del Gobierno local y pidiendo a los bancos que renueven los préstamos para las pequeñas empresas.