Entre las naciones occidentales ricas, los vecinos de Europa se sitúan a la cabeza y a la cola en lo que se refiere a enfermedades crónicas. La mortalidad por enfermedades crónicas disminuyó en cerca del 80% de los países del mundo en la década de 2010.
Las muertes por enfermedades crónicas como el cáncer, las cardiopatías y las afecciones neurológicas han disminuido en la mayor parte del mundo, pero los avances se han estancado en los últimos años, según un nuevo análisis mundial.
Investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Imperial College de Londres y otras instituciones calcularon el riesgo de morir por enfermedades crónicas en 185 países y territorios.
Constataron que la mortalidad por enfermedades crónicas disminuyó en cerca del 80% de los países del mundo en la década de 2010, pero que estas mejoras fueron mucho más lentas que una década antes, sobre todo en los países ricos de Europa, América del Norte, Asia y la región del Pacífico.
A nivel mundial, la carga de enfermedades crónicas "sigue siendo inaceptablemente alta", dijo en un comunicado Leanne Riley, una de las autoras del estudio y jefa de la unidad de vigilancia, seguimiento y presentación de informes de la OMS.
Entre los países desarrollados ricos, entre los que obtuvieron peores resultados se encuentra Alemania, que registró uno de los menores descensos en las muertes por enfermedades crónicas en la década de 2010, superando únicamente a Estados Unidos. Aunque la mortalidad descendió en general en Alemania, las mujeres de entre 30 y 75 años y las de entre 65 y 75 años experimentaron pequeños aumentos relacionados con el cáncer de pulmón y la demencia.
Mientras tanto, tres países nórdicos -Dinamarca, Noruega y Suecia- registraron algunas de las mayores mejoras entre los países occidentales ricos, y apenas hubo desaceleración en la década de 2010, según el informe. Esto se debe en gran medida al descenso de las muertes entre los adultos en edad laboral. Los investigadores apodaron a Dinamarca la "referencia regional" de Occidente en cuanto a muertes por enfermedades crónicas.
Los países de Europa Central y Oriental experimentaron en general mejoras en la década de 2010, siendo Moldavia el que experimentó el mayor descenso en el riesgo de enfermedades crónicas. En Rusia y algunos otros países de la región, se cree que las políticas de control del alcohol han desempeñado un papel importante, señalaron los investigadores.
El estudio se publicó en la revista médica The Lancet antes de una reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebrará a finales de este mes y que se centrará en las enfermedades crónicas.
Se espera que los países firmen un compromiso político para frenar las enfermedades crónicas e impulsar la salud mental, aunque estos acuerdos no suelen traducirse en políticas nacionales ni en un aumento de la financiación.
Los investigadores afirman que sus conclusiones subrayan la necesidad de invertir más en la lucha contra las enfermedades crónicas y piden que se garantice que las soluciones lleguen a las personas más afectadas por estos problemas de salud.
Majid Ezzati, uno de los autores del estudio y profesor del Imperial College de Londres, citó como prioridades clave las políticas de control del tabaco y el alcohol, el acceso a la medicación contra la diabetes, las pruebas de detección del cáncer y los tratamientos contra el infarto de miocardio. "En muchos países, los programas sanitarios eficaces (...) pueden no estar llegando a las personas que los necesitan, y éstas están quedando fuera del sistema sanitario", afirmó Ezzati.