Un repartidor entregando una pìzza desde México a través de los barrotes de la valla fronteriza con EEUU

Video. Repartiendo pizas desde México a EEUU a través de la valla fronteriza

Detrás de los inmensos barrotes del muro que separa a México y Estados Unidos, cientos de migrantes reciben comida que ordenan a restaurantes mexicanos desde territorio estadounidense, donde esperan una oportunidad para pedir asilo.

Detrás de los inmensos barrotes del muro que separa a México y Estados Unidos, cientos de migrantes reciben comida que ordenan a restaurantes mexicanos desde territorio estadounidense, donde esperan una oportunidad para pedir asilo.

Los despachos están a cargo de repartidores en motocicleta que trabajan mediante aplicaciones móviles en Tijuana.

La entrega no es sencilla. Los mensajeros deben subir por una pendiente corta pero escarpada, con rocas y maleza, hasta alcanzar la enorme reja metálica. "¿Piza?", "¿Pollo?!", preguntan a gritos los migrantes.

"El pollo vale 20 dólares y la piza vale 10 dólares", dice del otro lado del enrejado Sneider Moreno, de 27 años y oriundo de la ciudad colombiana de Bucaramanga, quien llegó a la frontera el lunes pasado.

En un lapso de casi 10 minutos, cinco motociclistas cargados de comida y bebidas llegan y se estacionan en la carretera.

"Es gente que cruza (a Estados Unidos) y quiere comer (...) A veces traemos comida y aquí mismo la vendemos", explica Joel Sánchez, uno de los repartidores, de 26 años.

Varios pedidos los hacen directamente los migrantes, pero también hay personas que pagan por la comida desde México y les piden entregarla a los extranjeros en este punto de la autopista, cuenta Sánchez.

Un joven turco que solo se comunica en inglés entrega los billetes y recibe sus alimentos. Dice que arribó el lunes directamente desde su país y espera alcanzar su destino pronto.

"Estamos esperando que el Gobierno de Estados Unidos nos dé paso", afirma Moreno esperanzado en el final del Título 42, norma estadounidense que expiró este jueves y que desde 2020 permitió expulsar automáticamente a México a los migrantes alegando riesgos sanitarios por la covid-19.

Sin embargo, en su lugar seguirá activo el Título 8, instrumento específico sobre inmigración que prevé deportaciones y la denegación de asilo a los infractores, que quedarán vetados por cinco años y enfrentarían procesos penales.

Por ello, miles de migrantes en la frontera de casi 3 200 km buscaron entregarse a los agentes migratorios de Estados Unidos para solicitar asilo en ese país antes de que expirase el Título 42. En algunos puntos algunos lo lograron pero al cabo de días u horas son deportados.

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