Los oficiales montados a caballo avanzaron para empujar a las multitudes hacia atrás en una protesta en la que otros agentes lanzaban granadas aturdidoras y gases lacrimógenos en las calles. Algunos manifestantes encendieron elementos pirotécnicos y corearon consignas desafiantes en respuesta, pidiendo a otros "mantener la línea".
Las protestas, realizadas en ciudades y localidades de todo Estados Unidos, combinaron críticas a la Administración de Trump con llamamientos a defender la democracia y los derechos de los inmigrantes. En Los Ángeles, las tensiones han estado elevadas desde que las redadas migratorias impulsadas por la Administración Trump desataron una oleada de indignación.