En el corazón de los Andes peruanos, el antiguo ritual del Inti Raymi volvió con todo su colorido y ceremonia. Cientos de actores, muchos de ellos de ascendencia indígena, representaron el miércoles la fiesta del sol cerca de Cuzco, bajo las ruinas de piedra de Sacsayhuaman. En su día fue un lugar sagrado del Imperio inca y sigue atrayendo a miles de personas cada solsticio.
Ataviados con elaboradas vestimentas, los actores que representaban al Sapa Inca y a su reina, la Coya, realizaron ofrendas simbólicas al sol y a la tierra: derramaron chicha (una bebida tradicional que se usa en este tipo de ofrendas) y escenificaron el sacrificio de una llama.
Prohibida en el siglo XVI, la celebración sobrevivió en la clandestinidad. Hoy, narrada en quechua, español e inglés, une pasado y presente con reverencia y orgullo.