Los viajeros deben prepararse para una verificación adicional de documentos y posibles retrasos. Los controles durarán al menos 30 días, pero no se descarta una prórroga.
Unos 800 guardias fronterizos, 300 policías, 200 gendarmes y 500 soldados de las Fuerzas de Defensa Territorial custodian a partir de hoy las fronteras polacas con Alemania y Lituania, a pesar de la vigencia del espacio Schengen de libre circulación en buena parte del continente europeo.
Schengen sí permite la reintroducción temporal de controles en casos de "amenaza grave para el orden público o la seguridad interior" de un Estado miembro. Esta excepción está prevista en la normativa y puede aplicarse por un periodo inicial de 30 días, prorrogable por bloques de la misma duración, siempre que se notifique y justifique ante la Comisión Europea. "Esta decisión se tomó para luchar contra la inmigración ilegal", ha declarado Tomasz Siemoniak, ministro del Interior polaco, para defender la implementación del cierre. "No se dirige en absoluto contra ciudadanos polacos, sino contra ciudadanos de otros países de la Unión Europea. La Guardia de Fronteras y otros servicios tratarán de que estos controles sean lo más ligeros posible".
La Policía fronteriza polaca asegura que, a pesar de los procedimientos más estrictos, el tráfico fronterizo transcurre sin problemas y las pequeñas ralentizaciones son esporádicas. "Nos centramos en vehículos como autobuses, con cristales tintados, con más gente o a aquellos que intentan evitar este control. El control en sí está yendo realmente muy bien", asegura el teniente Konrad Szwed, del Cuartel General de la Guardia de Fronteras.
Camiones menos controlados
Los servicios no se focalizan en el transporte internacional de mercancías pesadas, aunque estos vehículos también pueden ser objeto de controles. El control se centra principalmente en la verificación de los documentos que autorizan el cruce de la frontera y los documentos en virtud de los cuales los extranjeros pueden permanecer en Polonia.
Ya en las primeras horas de funcionamiento del control se han producido detenciones, concretamente a un ciudadano estonio al tratar de cruzar la frontera lituana. Las autoridades creen que transportaba a cuatro afganos que trataban de cruzar ilegalmente la frontera.
"Estas actividades no cesan: se está llevando a cabo un reconocimiento intensivo. ¿Este hombre actuaba solo o se trataba de un grupo más numeroso y, sobre todo, cuál era la ruta total de esta migración? Todo esto es importante para identificar correctamente este procedimiento", explica un empleado de la Guardia de Fronteras. Los ciudadanos afganos detenidos serán devueltos al lado lituano una vez concluidas las operaciones.
¿Qué deben saber los viajeros?
La frontera solo puede cruzarse por los puntos designados: 52 puntos de control en la frontera con Alemania y 13 puntos con Lituania. Cruzar la frontera fuera de los lugares designados conlleva graves consecuencias legales. "Puede castigarse con una multa de hasta 500 zlotys (117,80 euros), o incluso, en casos extremos, la aplicación del procedimiento penal previsto en el artículo 264, apartado 2, del Código Penal. Es decir, una pena de prisión de hasta tres años", advierte el teniente Szwed.
La reintroducción temporal de los controles fronterizos con Lituania y Alemania fue anunciada por el primer ministro polaco, Donald Tusk, el 1 de julio de este año. "Nuestra decisión es irrevocable, independientemente de las emociones en las capitales de otros países", subrayó entonces el primer ministro, en alusión al canciller alemán Friedrich Merz.
Tusk ha dicho haber informado al Canciller alemán en varias ocasiones "de que la paciencia de Polonia en este asunto se estaba agotando". Su Gobierno también ha apuntado que probablemente soliciten una nueva prórroga de 30 días a esta pausa del espacio Schengen.