Más de 3.500 personas, respaldadas por más de 1.100 vehículos y 26 aviones, fueron movilizadas para contener los incendios. Los brotes más graves se reportaron en Arouca y Ponte da Barca, donde el terreno difícil y los vientos cambiantes han ralentizado el progreso. En Ponte da Barca, las casas estuvieron bajo amenaza el miércoles por la noche y se llevaron a cabo evacuaciones. En Arouca, las llamas se extendieron al municipio vecino de Cinfães.
Los incendios forestales son comunes en Portugal durante los meses de verano. En 2024, al menos 5 muertes estuvieron directamente relacionadas con los incendios y decenas de personas resultaron heridas.