Se vio a personas depositando flores en un homenaje floral que no dejaba de crecer, mientras se formaban largas colas en un centro de donación de sangre de Sídney tras un llamamiento a donar.
Al menos 38 personas estaban siendo atendidas en hospitales tras la matanza del domingo, cuando los dos tiradores abrieron fuego de forma indiscriminada contra las celebraciones del paseo marítimo.
Entre los fallecidos hay una niña de 10 años, un rabino y un superviviente del Holocausto.
Las autoridades australianas calificaron el suceso de atentado terrorista. La Policía abatió a uno de los tiradores y detuvo al segundo.