La Copa del Mundo llega marcado por el gran descontento social de los brasieños.
Sin embargo, los altercados y las huelgas en Brasil no comenzaron sólo hace unos días. Hace un año que la tensión está presente entre los brasileños, que ven como los precios suben y su nivel de vida baja. Es la mayor ola de protestas populares desde los años 90.
A día de hoy únicamente el 52% de los brasileños se dice contento por albergar la Copa del Mundo. En noviembre eran el 79%.
La mayoría se queja de que se gaste tanto dinero en estadios cuando el país está tan necesitado de otras infraestructuras. 4 millones de dólares en estadios es mucho para un país en el que el salario medio es de 639 euros mensuales, y las necesidades básicas de una familia rondan los 1.000 euros mensuales.
Los brasileños comenzaron sus protestas contra la subida de los precios en el transporte, y ahora, también reclaman un mejor sistema educativo, sanitario y mayor transparencia en las Administraciones Públicas para terminar con la corrupción.
Todo esto ocurre en un momento de gran desaceleración económica . En 2010, el crecimiento del PIB en Brasil fue del 7,5%, para bajar al 2,3 % en 2013. Para el año que viene, Naciones Unidas augura sólo el 1,7%.
EL déficit de su actual balanza comercial es el más elevado de una década, y la inflación en mayo se disparó hasta el 6,37%, a pesar de varias intervenciones del Banco Central.
Varios expertos estiman que el principal problema de Brasil es su sistema tributario, un sistema que Paulo Rabello de Castro describe como “ la selva”.
euronews: Paulo Rabello de Castro es economista y coordinador del grupo de intelectuales Movimiento para un Brasil Eficiente.
Las protestas en la calle se mantienen desde el año pasado, a pesar de la decisión presidencial de cancelar la subida de los precios en los transportes. ¿Hay solución al conflicto?
Paulo Rabello de Castro, economista:
“No hay solución para este conflicto. Las manifestaciones fueron iniciadas básicamente por jóvenes, pero ya en junio del año pasado se extendieron a personas de diferentes condiciones sociales que entendieron su importancia. Hay gente de todas las edades y reclaman un cambio urgente de gestión del Gobierno en su conjunto. Critican la mala gestión en el sector sanitario y en el de la educación y que el sistema urbano de transportes no se corresponda con los estándares de ciudades tan grandes.
Las soluciones son estructurales y solo el próximo Gobierno que salga de las elecciones creo que dará una nueva esperanza a la población brasileña”.
euronews:
El mundo de los negocios considera que este descontento social es la oportunidad para llevar a cabo reformas. Con lo que las medidas del Gobierno se revelan insuficientes…
P. R. de Castro:
“Sin duda. El Gobierno se quedó en un remedio de emergencia con el llamado programa ‘Más médicos’, que se limitó a traer a un buen grupo de doctores cubanos. Y contrataron a estos doctores con sueldos mucho más bajos que sus colegas brasileños, lo que inmediatamente creó una situación de malestar general.
Este descontento se puede resumir en una sola frase: Brasil se despierta. Esto no quiere decir que Brasil no haya visto incrementar su renta per cápita y a millones de personas sumarse a la clase media. De hecho, una demanda como la actual no se produce cuando hay una probreza crónica. Llega cuando entran en el circuito del consumo millones de personas y empiezan a darse cuenta de que los servicios que siempre fueron muy precarios son realmente muy malos. Por ello, salen a la calle y protestan”.
euronews
¿Piensa que estas protestas podrían perjudicar la imagen de Brasil como destino turístico?
P. R. de Castro:
“No lo creo. De momento, Brasil no es un gran destino turístico. Aunque el nuestro sea uno de los países más bonitos del mundo. Pero el turismo es primero y ante todo proveer servicios y nosotros somos muy débiles en servicios públicos. Brasil todavía tiene que organizar unos servicios que estén a la altura de unas condiciones naturales tan espectaculares como las nuestras para atraer a los turistas”.
euronews:
¿Puede afectar esta tensión al Mundial de fútbol?
P. R de Castro:
“No lo pienso. Las protestas estará localizadas generalmente cerca de los estadios, donde se disputarán los partidos y no creo que sean muy grandes.
Brasil se ha preparado como habitualmente se prepara para organizar estas cosas: se improvisa en el último minuto, pero se celebra con mucha alegría y una gran camaradería. Se recibe con gran amabilidad a los turistas que vienen de todo el mundo. Seguramente será una gran fiesta, un gran acontecimiento”.