Organizado por sindicatos y grupos de izquierda, la protesta criticó lo que los participantes describieron como un Congreso "anti-pueblo" y expresó su apoyo al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Lula ha advertido que impondrá aranceles de represalia si el presidente de EE.UU. cumple su promesa de aumentar los impuestos a la importación en un 50%. Los manifestantes también apuntaron al gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, un ávido seguidor de Trump, y llevaban pancartas defendiendo la soberanía de Brasil.