Tensa reunión de las delegaciones de los 17 países del sudeste asiático en Tailandia. Antes de su inicio, desde el Alto Comisionado de Naciones
Tensa reunión de las delegaciones de los 17 países del sudeste asiático en Tailandia. Antes de su inicio, desde el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se señalaba a Birmania como responsable.
La respuesta del director general del Ministerio de Exteriores birmano, Htein Lynn, fue enérgica: “Se trata de un tema de inmigración ilegal, de las personas que están en los barcos. Nadie puede señalar (como responsable) a mi país. Como dije antes, algunos asuntos son de jurisdicción nacional”, señaló Lynn.
También ha participado una delegación estadounidense que ha pedido autorización a los países de la región para que sus aviones de vigilancia controlen e identifiquen los barcos con inmigrantes.
“Todavía no tenemos el visto bueno definitivo pero estamos muy cerca. Lo más importante es que en cooperación con Malasia, tenemos un avión en el aire, que está vigilando la zona, esto es positivo, esperamos poder ampliar algo la zona de control”, dijo la secretaria de Estado adjunta estadounidense para Población, Refugiados y Migración, Anne Richard.
Tras las declaraciones llegó la autorización del gobierno de Tailandia.
Mientras esto ocurre, unos 2.600 ciudadanos de la minoría musulmana rohinyá siguen hacinados en barcos. Navegan rumbo a ninguna parte por el Oceáno Índico.
Apátridas, obligados a abandonar su propio país, sufren la persecución del nacionalismo budista.