Unos fragmentos del Corán, que podrían ser los más antiguos del mundo, de más de 1.300 años de antigüedad, han sido encontrados en la Universidad de
Unos fragmentos del Corán, que podrían ser los más antiguos del mundo, de más de 1.300 años de antigüedad, han sido encontrados en la Universidad de Birmingham. Las piezas, que estuvieron archivadas en una colección de libros de Oriente Medio en la biblioteca de la universidad durante al menos un siglo, fueron descubiertas por un catedrático que hacía una investigación.
Los análisis realizados por la Unidad de Acelerador de Radiocarbono de la Universidad de Oxford establecieron que los fragmentos fueron escritos en piel de oveja o cabra y que el material fue escrito entre los años 568 y 645, el periodo en que se inició el islam con la predicación de Mahoma en La Meca.
El hallazgo provocó un gran entusiasmo en la comunidad musulmana en Birmingham. Por ello la universidad ha asegurado que en el futuro expondrá los fragmentos al público.