En estos pueblos famosos en Instagram, los turistas ávidos de fotos se llevan más de lo que aportan a la comunidad y en multitud de ocasiones los autobuses turísticos colapsan las carreteras que usan los locales.
Carreteras colapsadas, atracciones 'disneyficadas' y pérdida de la cultura local, son algunos de los males que aquejan a diminutos pueblos europeos que han saltado a la fama en las redes sociales. Ya sea por convertirse en escenarios de rodaje o por sus especialidades gastronómicas, estos focos turísticos se resienten ante la presión.
Siguiendo el ejemplo de ciudades castigadas por el sobreturismo como Venecia, Dubrovnik y Barcelona, los vecinos contraatacan con protestas antiturísticas y las autoridades están imponiendo restricciones a los visitantes. Entonces, ¿qué pueblos europeos sufren más con estos turistas de una sola atracción?
Hallstatt, Austria: el pueblo alpino maldito por su belleza de cuento
Integrado en el Paisaje Cultural de Hallstatt-Dachstein/Salzkammergut, Patrimonio Mundial de la UNESCO, el diminuto pueblo alpino de Hallstatt es célebre por su extraordinaria belleza natural y su antigua historia de minería de sal. Muchos creen que inspiró el reino de Arendelle en 'Frozen', ahora lo visitan miles de seguidores de Disney.
Con una población reducida de entre 700 y 800 habitantes, el pueblo recibe hasta 10.000 turistas al día. La mayoría busca únicamente las vistas junto al lago dignas de Instagram, muchos llegan en excursión de un día para hacerse una foto rápida, sin pernoctar ni gastar apenas en la zona.
En ocasiones, cientos de autobuses turísticos y coches han tensado las estrechas carreteras del pueblo y han obligado a desplegar una gestión del tráfico intensiva. Esto ha provocado una grave alteración de la vida local, con multitudes bloqueando los pasos, vecinos sometidos a ruido constante y personas que se cuelan en propiedades privadas para hacerse fotos, ignorando los carteles que piden silencio y respeto.
Para frenarlo, se han multiplicado las protestas vecinales, con cortes de carretera, y el alcalde ha instalado barreras en los miradores para controlar las aglomeraciones. También se han fijado cupos para coches y autobuses turísticos. Aun así, los límites se alcanzan con frecuencia pese a estas medidas.
Mont-Saint-Michel, Francia: una isla medieval que atrae a peregrinos sin fin
Mont-Saint-Michel, una pequeña isla mareal y comuna en Normandía, es otro sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO sometido a una fuerte presión por el sobreturismo. Gran destino de peregrinación y enclave histórico, la isla presume de una bahía natural impresionante, arquitectura singular y las mareas más altas de Europa. Sin embargo, publicaciones virales en redes y series populares como 'Lupin' han convertido el lugar en un destino de culto, que atrae a unos 3 millones de visitantes al año.
Esto ha desbordado las estrechas calles medievales de la comuna, ha provocado congestión con los autobuses lanzadera y ha puesto bajo presión otras infraestructuras. También ha empeorado la experiencia del visitante. La proliferación de tiendas de recuerdos, las largas colas y las aglomeraciones generan un ambiente de parque temático y aceleran el deterioro de estructuras históricas frágiles.
Esto ha llevado al Gobierno a estudiar sistemas de reserva, cupos de visitantes y tornos para gestionar mejor el flujo de personas. También se anima a los turistas a acudir en horas valle, como antes de las 10:00 y después de las 16:00, o incluso en temporadas intermedias, con incentivos como aparcamiento más barato fuera de los picos.
Kinderdijk, Países Bajos: donde los molinos del siglo XVIII mueven a las multitudes de hoy
Otro sitio Patrimonio de la UNESCO, el diminuto pueblo de Kinderdijk también sufre un fuerte sobreturismo. Famoso por sus molinos de viento neerlandeses del siglo XVIII, el pueblo, con solo 60 residentes permanentes, recibe 600.000 visitantes al año, muchos llegados en cruceros.
Los vecinos han denunciado comportamientos irrespetuosos de los visitantes, desde pedirles que se aparten para hacer fotos hasta entrar en jardines privados y tratar las viviendas como un decorado para Instagram. Esto no solo dificulta la vida de quienes residen allí, también sobrecarga las infraestructuras locales y amenaza la autenticidad del pueblo.
Los cuellos de botella en los puntos más concurridos empeorarán con los planes de la Fundación Patrimonio Mundial de Kinderdijk para ampliar los atraques de cruceros y aumentar los visitantes. Estas decisiones han provocado un fuerte rechazo entre los vecinos, que dicen sentirse desatendidos y excluidos de esos planes.
En respuesta, los vecinos han organizado protestas, y han lanzado recordatorios amables a los visitantes en redes sociales y mediante 'postales educadas', pidiéndoles que sean conscientes del sobreturismo.
El pueblo ha impuesto medidas como prohibir los autobuses turísticos y las autocaravanas en el centro y elevar las multas por incumplimientos. También ha exigido permisos para la fotografía con drones, para proteger la privacidad de los vecinos.
Sin embargo, el pueblo sigue dependiendo en gran medida de los ingresos del turismo para conservar y mantener sus 19 molinos históricos, lo que crea un conflicto entre la gestión de visitantes y las necesidades de conservación.
Pienza, Italia: el pueblo toscano desbordado por el queso
Pienza, un encantador pueblo toscano, es conocido por su revolucionaria planificación urbana renacentista. Pero no es su plaza central de diseño la que atrae a los visitantes de hoy, muchos llegan en busca de su célebre queso pecorino.
Especialmente popular entre los excursionistas de un día, el diminuto pueblo, otro Patrimonio Mundial de la UNESCO, lucha por contener la avalancha. Los vecinos se sienten cada vez más desplazados por tiendas de queso y recuerdos orientadas al turismo, que dejan menos espacio para servicios básicos como farmacias y otras necesidades.
Los restaurantes también han modificado sus menús para adaptarse más al gusto del visitante, lo que hace que la gastronomía auténtica y regional se diluya. Una de las mayores pérdidas de tradiciones locales por el sobreturismo ha sido silenciar la histórica torre campanario entre las 22:00 y las 7:00 por numerosas quejas de ruido, principalmente de turistas. Mientras otras grandes ciudades italianas como Venecia y Roma adoptan medidas para frenar el sobreturismo, Pienza aún no ha implantado normas similares.
Goathland, Inglaterra, cómo una estación rural se convirtió en la parada más concurrida de 'Harry Potter'
Goathland, una pequeña localidad del norte de Yorkshire en Inglaterra, ha saltado a la fama en los últimos años como escenario de rodaje de series y películas populares como 'Heartbeat' y 'Harry Potter'.
La estación de Goathland fue Hogsmeade en la primera película de 'Harry Potter' y sigue atrayendo hordas de visitantes años después del estreno de todas las cintas. La expectación por la nueva serie de HBO prevista para 2027 también ha incrementado las cifras. Todo ello ha llenado las calles del pueblo, ha sobrecargado las infraestructuras y ha llevado a muchos coches a aparcar de forma ilegal por falta de espacio.
Con los espacios comunales del pueblo copados por visitantes, tiendas que cambian su enfoque, más basura en áreas naturales y largas colas para fotos en lugares clave como el de Aidensfield Arms, los vecinos se sienten cada vez más desplazados.
Aunque el North Yorkshire Council no ha adoptado medidas específicas para el sobreturismo en Goathland, está aplicando Planes de Gestión de Destinos (DMP) estratégicos en la región en su conjunto, que deberían centrarse en el crecimiento sostenible y en gestionar el impacto del aumento de visitantes.