La ola de refugiados en Europa, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial, no mengua. Croacia ha cerrado el único paso fronterizo que aún tenía
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La ola de refugiados en Europa, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial, no mengua. Croacia ha cerrado el único paso fronterizo que aún tenía abierto con Serbia al tráfico de camiones para minimizar la posibilidad de entrada de inmigrantes al país.
Mientras tanto, cientos de refugiados esperan en un campo en la localidad de Opatovac, fronteriza con Serbia, para tomar autobuses que les lleven a Hungría o Eslovenia. El Gobierno croata ha asegurado que les dejará pasar.
“Vienen de la zona Schengen y quieren ir a otros lugares de la zona Schengen, así que no les detendremos. Recibirán productos de primera necesidad y todo lo que podamos ofrecerles. Si alguien busca asilo en Croacia, lo obtendrá inmediatamente”, dijo el ministro del Interior de Croacia, Ranko Ostojic.
Hungría, que prosigue la construcción de una valla en la frontera con Croacia, ha autorizado que su Ejército se despliegue en dicha frontera y pueda utilizar armas no letales. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha hablado de la situación en el país:
“Los refugiados no están golpeando la puerta para entrar en el país, la están tirando abajo. Miles de inmigrantes están asediando las fronteras de Hungría y de la Unión Europea. Por ahora no vemos una solución a este problema. Además, hay otros miles de personas que están huyendo de sus países para emprender sus periplos”.
El país magiar, además, ha suspendido el tráfico de trenes de forma indefinida en dos puntos fronterizos con Croacia.