Gran expectación en Luxemburgo en el inicio del proceso contra los informantes del LuxLeaks, el escándalo de las ventajas fiscales que concedía el
Gran expectación en Luxemburgo en el inicio del proceso contra los informantes del LuxLeaks, el escándalo de las ventajas fiscales que concedía el Gobierno luxemburgués a grandes multinacionales. Se sientan en el banquillo de los acusados dos exempleados de la compañía Price Waterhouse y un periodista. El abogado de Antoine Deltour, un exauditor que entregó los documentos al periodista francés Edouard Perrin, defiende que su cliente no actuó con premeditación:
- “En primer lugar, Antoine Deltour no premeditó su acto de ‘robar’, entre comillas, las resoluciones. Y, en segundo lugar, el día que se fue de la empresa no hizo ninguna investigación selectiva de las resoluciones. Las encontró mientras buscaba documentos de formación”.
Los acusados, que pueden ser condenados a penas de entre cinco y diez años de cárcel, pusieron al descubierto cómo el Gran Ducado pactó con grandes multinacionales impuestos inferiores al uno por ciento en lugar del veintinueve por ciento.
- “El mensaje es que hoy en día los ciudadanos quieren más justicia fiscal”, explica un simpatizante de los encausados. “Ya no quieren que los más afortunados, los más ricos, las grandes empresas eviten pagar impuestos”.
Aunque inmorales, los acuerdos o resoluciones, conocidos como “tax rullings”, no eran ilegales. Tuvieron lugar durante la pasada década, cuando era primer ministro del país el actual presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Junker.