Era la primera vez en la historia de los Juegos que se entregaba una medalla en rugby a siete femenino, pero los asistentes al estadio Deodoro de Río de Janeiro recordarán ese hecho como una…
Era la primera vez en la historia de los Juegos que se entregaba una medalla en rugby a siete femenino, pero los asistentes al estadio Deodoro de Río de Janeiro recordarán ese hecho como una anécdota. La ceremonia de entrega de medallas, en la que Australia recibió el oro, quedó eclipsada por la petición de mano de Marjorie Enya, una voluntaria olímpica, a su novia, Isadora Cerullo, jugadora de la selección brasileña de rugby.
La deportista dio el clásico “sí quiero” para acabar besándose con su pareja,
“El Comité Olímpico Internacional (COI) considera que es una historia fantástica y positiva. No aceptamos ningún tipo de discriminación por motivos de raza, religión o sexualidad. Pero esto va más allá, es un acto de celebración y me ha hecho sentir bien cuando me he enterado de lo ocurrido esta mañana, es una noticia excelente”, ha expresado el portavoz del COI, Mark Adams.
El número de deportistas que han reconocido públicamente su homosexualidad, 43, es el más alto que ha habido en unos Juegos Olímpicos.
“La gente elige lo que quiere hacer y tienen todo el derecho a hacerlo”, dice un carioca. Otra mujer opina que “la petición fue maravillosa y representa perfectamente el espíritu olímpico
La unión de personas de diferentes lugares y sexos, la tolerancia, el respeto. Estamos dando pequeños pasos para conseguir más derechos, independientemente de la orientación sexual”.
El matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado en Brasil en 2013. A pesar de ello, el país sudamericano sigue inmerso en un proceso de normalización.