En la destruida ciudad de Alepo, no todo son ruinas, un equipo de periodistas daneses de la cadena TV2 ha tenido acceso a una piscina situada en la zona oeste, controla por el régimen…
En la destruida ciudad de Alepo, no todo son ruinas, un equipo de periodistas daneses de la cadena TV2 ha tenido acceso a una piscina situada en la zona oeste, controla por el régimen sirio. ¿Un remanso de paz o una puesta en escena? El acceso de los medios de comunicación a la que era la ciudad más poblada de Siria es casi una odisea y, a tan solo unos metros de allí, prosiguen los bombardeos. De hecho, el domingo, el régimen consiguió aislar la zona este, controlada por militantes islamistas y grupos rebeldes.
“Nos hemos acostumbrado, para nosotros escuchar como caen las bombas se ha convertido en una rutina, la muerte es algo cotidiano, todos los días nos llegan noticias sobre personas muertas en tal o tal bombardeo”, asegura Tawfik Hadad, hombre de negocios.
“No podemos dejar de vivir solo porque, del otro lado, haya gente muriendo, solo esperamos que puedan vivir como nosotros algún día”, asegura la estudiante Noor Haj.
Un contraste que vemos, también, en un parque de atracciones situado a tan solo unos kilómetros de una zona donde malviven miles de personas refugiadas en su propia ciudad. El régimen sirio ha conseguido asediar la zona este dividida, a su vez, en barrios controlados por diferentes grupos islamistas y grupos opositores que, desde el domingo, no tienen acceso a ninguna vía de aprovisionamiento.