Reino Unido y la Unión Europea entran desde el lunes en el terreno inexplorado de las negociaciones del brexit.
Sus respectivos representantess, David Davis y Michel Barnier, tendrán muchos temas que tratar antes de marzo de 2019, fecha en la que se estima que Londres dejará de ser una de las capitales comunitarias.
Entre estos asuntos el acceso al mercado único es el que preocupa más a los británicos.
“Cuando hablo de un brexit que apoye el empleo británico, nuestra inversiones y negocios, me refiero a un brexit que evite los precipicios, que asegure que hacemos la transición suave de la unión aduanera en la que estamos, hacia un acuerdo en el futuro que continuará dejando circular los bienes británicos. Tenemos que asegurar que nuestra frontera sigue funcionando sin problemas, y ese es el principal reto para los negocios”, resumía el ministro de Finanzas británico, Philip Hammond.
El comienzo de las negociaciones llega en un momento de gran debilidad para el Gobierno de Theresa May tras perder la mayoría absoluta en las elecciones del 8 de junio y tener que depender de los nacionalistas protestantes de Irlanda del Norte para la estabilidad de su Ejecutivo.