Pastillas de yodo contra la amenaza nuclear

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Por Escarlata Sanchez
Pastillas de yodo contra la amenaza nuclear

La central nuclear belga de Tihange vuelve a la palestra.

Construída en una zona de placas tectónicas en fricción, la planta es desde hace años objeto de una petición de cierre por el deterioro de sus reactores.

A 70 kilómetros de la central, en la vecina ciudad alemana de Aquisgrán, han empezado a repartir pastillas de yodo para ser ingeridas en caso de accidente nuclear.

“Nuestro trabajo en la gestión de catástrofes no consiste en provocar el pánico innecesariamente. Pero no queremos trivializar nada en absoluto, sino actuar de manera responsable. Y eso es lo que estamos haciendo, preparándonos para un incidente”, asegura Markus Kremer, experto en gestión de catástrofes.

La central belga de Tihange se encuentra en la región valona a unos 80 kms al sudeste de Bruselas. 2.000 personas de Bélgica, Países Bajos y Alemania exigen su cierre.

“¡Es bueno que tomen esta una iniciativa, pero aún así no me tranquiliza en absoluto”, dice esta joven entrevistada en una farmacia.

“Si están distribuyendo pastillas en la ciudad es que realmente algo va mal”, se lamenta este otro entrevistado.

Las pastillas de yodo saturan la glándula tiroides con yodo no radioactivo que impide la absorción de yodo radioactivo.

Hasta ahora no se había iniciado esta campaña por su coste económico y también por los riesgos que entraña. Ya que el mal uso de las pastillas puede tener efectos perjudiciales para la salud.