Musulmanes bosnios y bosniocroatas reciben la sentencia del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) con sentimientos encontrados
Los musulmanes bosnios, víctimas de los crímenes cometidos durante la guerra en la antigua Yugoslavia no han perdido, durante todos estos años, detalle de las sesiones del Tribunal.
Tampoco este miércoles cuando algunos antiguos prisioneros han visto cómo sus captores eran condenados.
"Quizás las sentencias deberían haber sido más duras pero en general están bien. Queremos cerrar este capítulo, hacer borrón y cuenta nueva. Esta sentencia es contra los criminales de guerra no contra el pueblo croata. Tengo muchos amigos croatas", explica el exprisionero de guerra, Ibrahim Badzak.
"Todos los que hemos pasado por los campos de concentración esperábamos, al menos, la confirmación de que esto fue obra de una organización criminal, no sólo un veredicto contra él (Slobodan Praljak) sino contra todos los que tomaron parte aplicando las políticas promovidas por ciertos individuos", comenta un musulmán bosnio, Emir Hajrovic, que estuvo internado en uno de los campos de concentración de los bosniocroatas.
Opinión bien diferente la de algunos veteranos croatas que han seguido con atención la lectura de la sentencia.
"Este veredicto no nos llevará a la reconciliación, a construir un futuro entre los pueblos de Bosnia Herzegovina. Y, en lo que respecta al Tribunal de la Haya, deberían ser acusados ellos mismos de formar una organización criminal", señala el presidente de la Asociación de veteranos de guerra croatas, Miro Sunjic.
En Mostar, el tiempo no ha borrado aún todas las heridas de la guerra. El puente sobre el río Neretva ha recuperado el esplendor de otros tiempos pero sus piedras todavía esconden mucho rencor.