Deportistas exóticos en los Juegos Olímpicos de Pieonchang

Va a ser una de las sensaciones de los Juegos de Pieonchang. A muchos el nombre de Pita Taufatofua no les dice gran cosa. Pero todo cambia si hablamos de la historia olímpica. En apenas un año ha tenido que acostumbrarse al frío y a la nieve, para volver a sorprender al mundo y, sobre todo, a sus paisanos de Tonga, acostumbrados a otro clima radicalmente diferente. Cuando desfiló con la bandera de su país en los Juegos de Río de Janeiro, en 2016, nadie podía adivinar que volvería a repetir, ahora en una cita olímpica invernal. Ha cambiado el taekwondo y el tatami por el esquí de fondo y la nieve. Taufatofua es el único representante de Tonga en la cita surcoreana.
"Me dije: ¡vaya! Esto parece muy difícil y exigente. Y decidí intentarlo con el esquí de fondo. Supone un gran desafío para mí pero, a la vez, lo hago también para incentivar a la gente a tratar de hacer cosas que resultan complicadas y exigen mucho esfuerzo", declara el atípico deportista.
Otra de las sensaciones llegará con Samir Azzimani. A sus 40 años, el esquiador franco-marroquí ya acumula experiencia en los Juegos de invierno. Aunque, en esta ocasión, competirá en esquí de fondo y no esquí alpino, como ya hizo en Vancouver en 2010.
"Acabo de hablar con mi madre por teléfono y me ha deseado buen viaje y buena suerte", relataba Azzimani. "Ansía que la cita olímpica termine y que yo recupere mi vida normal. Ya sabéis cómo son las madres; especialmente las madres marroquíes. ¡Mamá, te quiero!", añadía.
El esquiador, que representará a Marruecos en Pieonchang, revolucionó la historia de los Juegos al cambiar el esquí alpino por el de fondo. Su preparación física y mental no conoce límites. Así, en 2013, cruzó de norte a sur, con esquís sobre ruedas, la nación norteafricana que vio nacer a sus ancestros.