La infancia perdida en Guta Oriental

En medio de ataques aéreos, escombros, muerte y políticos que negocian su destino, Noor, de 10 años, hace un llamamiento desesperado desde Guta Oriental, donde vive con su madre y su hermana Alaa.
"Hola a todos. Somos dos niñas de la sitiada Guta. Queremos que el mundo nos escuche. Llevamos así 7 años. La guerra nos ha privado de jugar. Escasea la comida, las medicinas, el agua... No podemos ir a la escuela porque los aviones de guerra la han bombardeado", cuenta Noor.
Como muchas familias de este feudo rebelde de las afueras de Damasco, viven en refugios subterráneos improvisados. En algunos momentos su vida llega a parecer casi normal. Hasta la próxima bomba...
Un vídeo publicado en Twitter muestra a Alaa con heridas leves. Documentan así la vida en Guta Oriental y muestran el horror al que hacen frente los civiles, unos 400.000 según Naciones Unidas.
El sábado, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad un alto el fuego de 30 días. Rusia ha pedido una tregua diaria de cinco horas para permitir la evacuación de los civiles de Guta. Pero, habrá quienes elijan quedarse, como los doctores o los socorristas, que no se fían de las buenas intenciones de la comunidad internacional.
"Hay heridos en este hospital. Hay muertos desde esta mañana temprano. Nosotros, queremos que alguien actúe. No queremos solo palabras. Estamos esperando hechos", dice la doctora Amani Ballour.
En la última semana, más de medio millar de civiles han fallecido en Guta Oriental durante los bombardeos del régimen de Damasco.