El exespía Sergei Skripal y su hija, sin embargo, continúan graves.
La policía británica sigue investigando el envenenamiento del exespía ruso Sergei Skripal y su hija en Salisbury.
El Gobierno ha asegurado que actuará "sin dudas" cuando se aclare el delito, en el que se utilizó un agente nervioso poco común.
La ministra del Interior, Amber Rudd, ha informado de que el policía que resultó intoxicado al atender a Skripal ha mejorado, pero el expía y su hija continúan graves:
"Sí, este ha sido un incidente muy serio. Por eso tenemos a la policía dirigiendo la investigación y por eso tenemos que darles todo el apoyo que podamos, el apoyo médico necesario a las personas afectadas. Por supuesto que estoy muy preocupada por el policía".
Londres sospecha que Rusia está detrás del envenenamiento, algo que el Kremlin ha negado con rotundidad.
Hace unos días Vladímir Putin aseguraba que las sanciones impuestas por Occidente a Rusia se hacían para debilitar al país y añadía:
"Aquellos que nos sirven veneno, acabarán tragándoselo y envenenándose ellos mismo".
Sergei Skripal, antiguo coronel militar y agente doble fue condenado por alta traición en Rusia.
Liberado en 2010 en un canje de espías, residía desde hace años en la localidad de Salisbury, donde parecía llevar una vida muy tranquila.