El recién estrenado ministro del Interior se caracteriza por su dura política antimigratoria
Matteo Salvini no ha decepcionado a su público en su visita a Sicilia como recién estrenado Ministro del Interior de Italia. El dirigente de la ultraderechista Liga norte, que se encuentra de gira buscando apoyos para las elecciones municipales, ha reafirmado en el puerto de Pozzallo su dura política migratoria con la que pretende echar de Europa a todos los inmigrantes.
"Como ministro, trabajaré con los países europeos y africanos para evitar que haya más muertos y que miles de personas desesperadas tengan la ilusión de que en Italia hay hogares y trabajos para todos. He visto que en Italia el coste por cada solicitante de asilo es el más alto de Europa y el tiempo para procesar cada solicitud es el más largo en Europa, así que se necesita acción", ha asegurado.
El fundador de la ONG de rescate de inmigrantes en el Mediterráneo, Óscar Camps, ha criticado desde sus redes sociales que Salvini se refiera a ellos como "subtraficantes".
Salvini ha insistido en que "Sicilia no puede ser el campo de refugiados de Europa". Y sólo encuentra una forma de solucionar el problema: "menos gente que salga y más repatriaciones".
La ciudad portuaria del sur de Sicilia es uno de los principales puntos de entrada de los refugiados que salen desde África. 13.430 personas han llegado a Italia en lo que llevamos de año, y cerca de 400 han muerto en el intento, según los datos que recoge la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Aunque tras el acuerdo firmado con Libia el flujo ha disminuido. En 2017 se habían registrado más de 60.000 llegadas.