Desde mayo, la Administración Trump aplica la política de "tolerancia cero" contra la inmigración ilegal
Dejando de lado la ley, ¿es moral separar a un niño de sus padres, como está ocurriendo con los menores migrantes en la frontera sur de Estados Unidos?
El tema está de plena actualidad, tras unas polémicas declaraciones del secretario de Justicia, Jeff Sessions, que echó mano de la Biblia para justificar la política de "tolerancia cero contra la inmigración ilegal, que la Administración Trump aplica desde mayo.
Sus palabras coincieron con una jornada de movilización contra la separación de las familias y, también, con la publicación de un vídeo por parte del Departamento de Salud y Servicios Sociales. Se trata de uno de los mayores centros de detención de inmigrantes de Estados Unidos. Está en Texas y acoge a unos 1.500 menores, de entre 10 y 17 años.
La Casa Blanca ha defendido la política de "tolerancia cero" y ha reaccionado así a la polémica.
"No estoy al tanto de los comentarios del Fiscal General ni sé a qué se refería. Puedo decir que es muy bíblico aplicar la ley", ha señalado Sarah Sanders, portavoz de la Casa Blanca.
Uno de los periodistas en la sala, indignado, no logró que la portavoz respondiera a su pregunta, de si como madre de niños pequeños no sentía ninguna empatía por lo que están atravesando estas personas.
Nancy Pelosi: "Es bárbaro, y tiene que cesar"
La líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha hecho un llamamiento para poner fin a esta práctica, que califica de "bárbara".
"Piensen en el estrés de esos niños. Se llevan a un bebé de una madre lactante. Les dicen vamos a dar una ducha o un baño al bebé y, luego, lo ponen en un coche y se lo llevan. Esto no es normal. De hecho, es bárbaro, y tiene que cesar", ha declarado Nancy Pelosi, líder demócrata en la Cámara de Representantes.
Los demócratas han rechazado en la Cámara Baja el nuevo proyecto de ley migratoria presentado por los republicanos, por no dar una "solución permanente" a los actuales problemas.
Cerca de 1.800 familias inmigrantes han sido separadas en la frontera entre México y Estados Unidos, desde octubre de 2016 hasta el pasado febrero.