La crisis hunde la economía nicaragüense. El país, que tenía una de las economías más pujantes y activas de América Latina, con un crecimiento promedio del 5,2 %, crecerá este año como máximo un 1 %, aunque incluso podría entrar en recesión, según Moody's.
La economía nicaragüense está convirtiéndose en otra víctima más de la crisis sociopolítica.
Nicaragua ha sido en los últimos ocho años una de las economías más dinámicas de América Latina, con un crecimiento promedio anual del 5,2 %, pero cien días de violencia han colocado al país al borde de la recesión.
En 2016 y 2017, el crecimiento ha mantenido una velocidad de crucero, que, según todas las previsiones, se iba a mantener en 2018 en torno al 4,5 %. Sin embargo, esas cifras no son hoy más que papel mojado. Según Moody's, en el mejor de los casos la economía nicaragüense crecerá este año un 1 %. En el peor, retrocederá un 1 %.
Moody's alerta de que la presión política podría provocar una prolongada contracción económica
La agencia de calificación de riesgos señala además que el aumento de la presión política por parte de los Gobiernos de América Latina y Estados Unidos "podría debilitar aún más la actividad y conducir a una prolongada contracción económica".
Standard & Poor's también ha degradado la calificación de deuda soberana a largo plazo nicaragüense de B+ a B con perspectiva negativa.
Las remesas familiares suben un 9,1 % de enero a junio
En contraste con esas cifras, destaca el aumento de las remesas enviadas desde el extranjero por los nicaragüenses emigrados para ayudar a sus familias, que han aumentado en los seis primeros meses del año, coincidiendo con la crisis, un 9,1 %. Casi 725 millones de dólares, lo que supone un 10,9 % del PIB de Nicaragua.