Rusia y EEUU muestran de nuevo sus diferencias y alejan la posibilidad de evitar una catástrofe humanitaria
PUBLICIDADEn Teherán, pero tambien en Nueva York Siria es la principal preocupación exterior. Rusia ha defendido en el Consejo de Seguridad de la ONU la reanudación de los bombardeos sobre la provincia de Idlib, alegando que está "ocupada por terroristas". La propia organización había avisado del peligro humanitario de un ataque que finalmente se inició el pasado martes
"Desafortunadamente, las capitales occidentales dirigidas por Washington pretenden evitar que caiga el régimen de los extremistas y no han utilizado su influencia para ayudar en la zona. En vez de eso, están urdiendo planes en base a pomposas provocaciones químicas", ha dicho Vassily Nebenzia, embajador de Rusia de en la ONU.
Nikki Haley, su homóloga estadounidense y representante del país que ocupa la presencia rotatoria del Consejo de Seguridad, considera que tanto Rusia como Irán y el propio Gobierno sirio no tienen en cuenta las consecuencias para la población: "Primero rodean el área civil. A continuación, hacen la absurda afirmación de que todo el mundo en la zona es un terrorista. Así que cada hombre, mujer y niño se convierte en un objetivo. Luego viene la campaña "Morir de hambre y rendirse", en la que siguen atacando a la gente hasta que la gente ya no tiene comida, agua potable o refugio. Es una estrategia de la muerte."
La ONU ha ido este viernes más allá y ha advertido de que la inminente ofensiva de Damasco y sus aliados sobre Idlib podría crear "la tormenta perfecta" y suponer la peor catástrofe humanitaria de la guerra. En la provincia, situada al noroeste del país, viven casi tres millones de personas, más del 98% civiles. En la reunión del Consejo de Seguridad, Londres ha alertado de que allí viven más niños que terroristas.