Estados Unidos ha identificado a siete supuestos miembros de la agencia militar rusa (el GRU) responsables de sofisticadas intrusiones informáticas en organismos internacionales y empresas.
PUBLICIDADEn un ambiente propio de la Guerra Fría, uno tras otro, los países occidentales acusan en cascada a Rusia de orquestar una campaña de ciberataques mundiales.
Estados Unidos ha procesado en rebeldía a siete miembros del GRU, la agencia militar rusa, por tratar de robar supuestamente datos en organizaciones internacionales y empresas.
En una rueda de prensa, el fiscal estadounidense Scott Brady aseguró que lanzaron ciberataques contra la compañía Westinghouse, que suministraba combustible nuclear a Ucrania, y contra la Organización para la Prohibición de Armas químicas, cuando este organismo investigaba un ataque químico en Siria, así como el envenenamiento del exespía ruso Skripal y de su hija en el Reino Unido.
En efecto, Holanda ha desvelado que en abril sus servicios de inteligencia evitaron un ciberataque contra la sede de Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OIAC) en La Haya. Cuatro agentes rusos, que después fueron expulsados del país, aparcaron un coche cerca del edificio y abrieron el maletero, en cuyo interior había un sistema muy moderno para piraterar conexiones wifi.
Canadá y Suiza también se ha sumado a las acusaciones contra Rusia, y denuncian respectivamente ciberataques contra sedes de la Agencia Mundial antidopaje en Montreal y Lausana. Países aliados como Francia se han alineado contra Moscú.
Rusia, entretanto, denuncia una nueva campaña internacional en su contra; una campaña de "espionajemanía", dicen, con el objetivo de presentar a su país como el "enemigo" de Occidente.