Las razones de Stella y Daniel para ponerse el chaleco amarillo

Mientras seguimos de cerca el movimiento de los chalecos amarillos, una manifestante nos invita a su casa para explicarnos los motivos que los impulsan a tomar las calles.
Stella Devigne es una jubilada de 52 años del norte de Francia. Se retiró por problemas de salud. Lleva el chaleco amarillo desde hace tres semanas.
Asegura que su familia no puede afrontar tanto gasto.
"Mi marido ha trabajado en una fábrica automovilística durante los últimos 25 años y gana 1700 euros, pues eso, 1700. Y cuando sumas la gasolina, el gas, la electricidad, la mutua médica, el seguro del coche... Nunca me he ido de vacaciones"
Nueve millones de personas malvivían bajo la línea de la pobreza en Francia en 2016.
Con 700 euros al mes, Daniel es una de ellas. Está convencido de que la revolución está cerca.
"Participé en mayo del 68", recuerda Daniel "Pappy" Quenet. "Y parece que va a volver a pasar. Y quizás peor. Porque si Macron no se da por vencido, nosotros tampoco".
Las concesiones del presidente Macron no parecen haber calmado mucho la situación. Los chalecos amarillos llaman ahora a todos los franceses a unirse a su causa. A salir a la calle e intentar reconducir el país y su futuro.