Serbia y Kósovo conmemoran el vigésimo aniversario de los bombardeos de la Alianza Atlántica. "Una agresión" para los serbios, "una intervención" contra la acción "genocida" de Milosevic para los albanokosovares.
Vigésimo aniversario de los bombardeos de la aviación aliada en la antigua Yugoslavia para frenar la limpieza étnica en Kósovo.
Ceremonia religiosa del patriarca serbio Irineo y quema de banderas de la Unión Europea y de la Alianza Atlántica a cargo de los ultranacionalistas que lidera Vojislav Seselj que pasó más de una década en prisión por crímenes de lesa humanidad.
Veinte años después las heridas no acaban de cicatrizar.
Mientras, en Kósovo las autoridades han rendido homenaje a las víctimas de una guerra que abrió las puertas hacia la declaración unilateral de independencia (2008), de un país que Serbia no reconoce como Estado soberano. Tampoco España, ni otros cuatro países de la Unión Europea por razones diversas.
La Operación Fuerza Aliada de la OTAN duró 78 días, con bombardeos masivos en las principales ciudades de la antigua Yugoslavia. Su objetivo declarado era obligar a las tropas del entonces dirigente serbio, Slobodan Milosevic, a retirarse de Kósovo.
Una decisión que Milosevic no tomó hasta el 10 de junio de 1999. El expresidente serbio murió en La Haya durante su juicio en el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY).
La Guerra de Kósovo provocó la muerte de 13.000 personas, en su mayoría albanokosovares.
Serbia siempre ha considerado los bombardeos como "una agresión", y Kósovo como "una intervención" contra la acción "genocida" de Milosevic.