El silencio se hace con el pueblo de Kanitz. Hace 30 años, más de 100 personas vivían en estas casas y caminaban por estas calles. Ahora, sólo hay edificios vacíos y abandonados.
PUBLICIDADSiguimos en ruta a las europeas y esta vez nos dirigimos al noroeste de Bulgaria. Visitamos el noroeste de Bulgaria , la región más pobre de la UE. En esa zona se encuentran los "pueblos fantasma".
Hace 30 años más de 100 personas vivían en Kanitz. Ahora sólo hay edificios vacíos y abandonados. La naturaleza se ha tragado unas reliquias que ya son de otra época. Petko es uno de los últimos 4 residentes que aún viven en la aldea búlgara.
Petko recuerda: "mucha gente vivía aquí. Había medios para vivir, había animales. Después de la colectivización de 1956, tuvimos una gran granja colectiva. Ahora, no hay nadie aquí. Los lunes y viernes voy al pueblo más cercano, porque aquí no hay nadie con quien hablar. La gente se va muriendo, mis amigos ya están muertos, es la gente con la que solía trabajar. Pero no estoy tan solo. Vivo con mi ganado. Si no fuera por mis animales y mi televisión, moriría en el acto. No hay nadie con quien hablar. Cuando hablo con alguien por teléfono, la conversación dura horas. No hay futuro aquí"
Acompañamos a Petko para que nos muestre lo que antes era el pequeño supermercado del pueblo. Ahora es sólo estantes vacíos, objetos rotos y polvo. Cerca hay edificio en ruinas que en su día fue la oficina municipal del pueblo.
Antes de venir a Kanitz hemos leído mucho sobre los pueblos fantasma de Bulgaria. Pero en realidad, ver uno es chocante y te hace sentir muy triste. Pero, los tiempos están cambiando para bien y para mal. Cuando veo estos pueblos entendemos que hor en día el éxodo rural continúa en Europa, ya sea en Bulgaria o en otros Estados miembros. Algunos pueblos de la UE que están en pleno auge, quizás dentro de 20 o 30 años estarán completamente vacíos.
Este futuro distópico podría afectar pronto a la cercana aldea de Rabrovo. La escuela local cerró recientemente y sólo 250 personas viven en ella, es la mitad de la población que había hace 30 años. La alcaldesa de la ciudad, Galina Vakaritzova, recuerda cómo era la vida entonces: "me siento muy triste, muy preocupada por el estado de nuestro pueblo. He vivido aquí durante 30 años y solía haber mucha gente. Hoy en día, cuando voy a trabajar por la mañana, no hay nadie. Lo mismo por la tarde. Antes solía haber mucha gente y solía ser mucho mejor entonces"
El cierre de fábricas, combinado con la privatización de las tierras después de la caída del comunismo a finales de los años ochenta, son las principales razones que alejaron a los residentes de estas aldeas. Hoy en día, los jóvenes siguen trasladándose a las ciudades en busca de trabajo, y la mayoría de los que se quedan tienen más de 60 años, y viven con pensiones inferiores a 150 euros al mes.
La alcaldesa de Rabrovo recuerda cuando la agricultura se desmoronó: "todo se convirtió en propiedad privada y las cosas empeoraron para las aldeas. Los ancianos son nostálgicos del comunismo. Dicen que las cosas solían ser mucho mejores. Tenían menos dinero, pero tenían trabajo. Ahora, no hay dinero ni trabajo"
Según la alcaldesa de Rabrovo, la UE ha ayudado a pueblos como el suyo a construir infraestructuras y crear programas de trabajo para los residentes. Pero dice que se necesitan empleos y oportunidades de carrera especiales que puedan convencer a los trabajadores búlgaros de que regresen a las más de 600 aldeas de todo el país, que han sido abandonadas.