Para las hijas de María Vázquez, de 10, 7 y 4 años, seguir el Mundial de fútbol femenino 2019, que comienza este viernes en Francia, no es solo una oportunidad para ver en acción a sus jugadoras favoritas, sino una oportunidad para descubrir a algunas que todavía no están en su radar.
PUBLICIDADPara las hijas de María Vázquez, de 10, 7 y 4 años, seguir el Mundial de fútbol femenino 2019, que comienza este viernes en Francia, no es solo una oportunidad para ver en acción a sus jugadoras favoritas, sino una ocasión para descubrir a algunas que todavía no están en su radar.
"Las van conociendo, se van interesando en ver cómo juegan y si se peinan de una manera o de otra...", explica a Euronews.
La historia de esta madre española protagonizó titulares hace poco más de un año cuando explicó en Twitter que había decidido crear un álbum de cromos de la liga española femenina de fútbol, ante el vacío comercial y la demanda de sus hijas que querían, como muchos niños, poder coleccionar e intercambiar las pegatinas de sus ídolos del balón.
El problema es que estos no son Cristiano Ronaldo o Lionel Messi, sino las jugadoras de la selección española, que siguen asiduamente todo el año durante la liga, como las culés Alexia Putellas y Leila Ouhabi y, de cara al Mundial, estrellas internacionales como la brasileña Marta, las chilenas Francisca Lara, Karen Araya y las argentinas Estefanía Banini y Aldana Cometti.
Con motivo de este gran evento deportivo, Panini sí que ha comercializado un álbum de cromos, aunque Vázquez señala que la escasa distribución le llevó replantearse volver a ponerse manos a la obra para que tuvieran algo con lo que jugar.
"Sí, que es verdad que lo ha distribuido un poco mejor que en el Mundial y en la Eurocopa anterior, cuando fue absolutamente imposible encontrarlo en ningún sitio", señala. "Pero nosotros vivimos en un pueblo de Extramadura (región española fronteriza con Portugal), de unos 15.000 habitantes, aquí es imposible encontrarlo".
Cuando su hermana localizó finalmente el álbum en Cáceres, la ciudad más cercana, esta madre, que trabaja en comunicación multimedia, estaba a punto de crear algunas fichas con jugadoras del Mundial.
"A ellas les gusta mucho jugar con los cromos, se sientan, los colocan, se los van cambiando...", asegura.
Jugar a los cromos es tan solo una de las muchas batallas por la equidad que se pelean estos días en los campos de fútbol y que han ganado fuerza con esta Copa del Mundo.
Una de sus principales vocales ha sido la noruega Ada Hegerberg, flamante delantera del Olímpico de Lyon (OL) y ganadora de la primera edición del Balón de Oro para mujeres. Hegerberg ha decidido no participar en el Mundial con su selección como medida para protestar por la brecha entre las condiciones que se ofrecen a las jugadoras de fútbol y las de sus homólogos de las selecciones masculinas en su país.
Vázquez, quien piensa que la postura de la delantera noruega es "digna de admirar", sigue con su lucha personal para que otras niñas como sus hijas tengan las mismas oportunidades para disfrutar del "deporte reina". Con otros dos padres, han lanzado la iniciativa "Nosotras también jugamos", con varias medidas para terminar con el monopolio masculino del balón.
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