Alerta en Francia ante una nueva ola de calor. Las temperaturas excepcionalmente altas han venido acompañadas de una sequía igualmente excepcional. No hay pasto para el ganado y los cultivos sufren. El Gobierno va a pedir auxilio a Bruselas
El calor en Francia, que este verano está batiendo todos los récords, está provocando un rosario de consecuencias, entre ellas una sequía que se teme sea nefasta para los sectores agrícola y ganadero.
El país tiembla ante la llegada de la segunda ola de calor en menos de un mes. Se esperan temperaturas máximas de hasta 45 o 46 grados. En concreto, en París, a mediados de semana, se podrían superar los 40.
En un principio se han puesto una veintena de departamentos del centro y sureste en alerta naranja. Unas horas más tarde ya eran 59.
La culpable, una masa de aire cálido que se irá extendiendo hacia el norte y el oeste, hasta sofocar la mayor parte del país, con Bretaña como una única excepción. Un calor que ya se ha sentido en numerosas regiones españolas durante el fin de semana y que seguirá en los próximos días.
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París pedirá un adelanto de los fondos agrícolas europeos
El Gobierno francés está en alerta. Preocupa especialmente la sequía. El ministro de Agricultura ha anunciado que pedirá a la Unión Europea un anticipo de unos 1000 millones de euros, de las ayudas de la PAC, la Política Agrícola Común, para poder ayudar a agricultores y ganaderos. También va a activar el dispositivo "calamidad agrícola" para desbloquear fondos extraordinarios.
La mayor parte de Francia está en alerta por sequía y muchas regiones del centro en estado crítico, con restricciones de uso de agua por ejemplo para el regadío.
Evitar que los ganaderos envíen a los animales al matadero por falta de alimento
El ganado ya está siendo alimentado con el heno previsto para el próximo invierno. Una cláusula de fuerza mayor va a permitir a los ganaderos segar los barbechos para alimentar a los animales. El objetivo es evitar que los envíen al matadero, por no tener nada para darles de comer.