El campamento comenzó a instalarse en diciembre de 2018, cuando se abrió de forma provisional un gimnasio a familias del Kurdistán iraquí para que se protegieran del frío. En el momento del desalojo había más de mil migrantes.
La policía francesa ha comenzado a evacuar un campamento de migrantes en Grande Synthe, cerca de la ciudad portuaria francesa de Dunkerque, en cumplimiento de una decisión judicial. Las autoridades locales y habitantes de la zona, denunciaron la violencia, la suciedad y el tráfico de drogas que según ellos reinaban en el lugar.
Para Michel Lalande, prefecto de la región Norte de Francia, el desalojo era inevitable: "Creo que todos se alegran de salir de esta favela que desalojaremos en el transcurso del día. Y eso es una buena noticia para nuestro estado de derecho y para los derechos humanos".
El campamento comenzó a instalarse en diciembre de 2018, cuando se abrió de forma provisional un gimnasio a familias del Kurdistán iraquí para que se protegieran del frío. En el momento del desalojo había más de mil migrantes.
Grupos de derechos humanos, como la secretaria general de una asociación de voluntarios de ayuda a los migrantes, el Gobierno trata de invisibilizarles sin ofrecerles alternativas: "Ahora van a algún sitio y podrán comer y ducharse. Pero algunos volverán mañana, otros dentro de quince días, otros quizá vayan a Bélgica, otros a Calais o hacia Normandía, pero pase lo que pase, intentarán volver a entrar en el Reino Unido".
Las autoridades francesas quieren impedir a toda costa otra jungla de Calais, donde llegó a haber hasta 7.000 migrantes. Desalojada en 2016, la jungla se convirtió en la imagen de la incapacidad de Europa ante las oleadas migratorias.